miércoles, 6 de marzo de 2019

Último dfiscurso en la corte* - Bartolomeo Vanzetti - Estados Unidos


He estado hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera había mencionado a Sacco.
Sacco también es un trabajador,
un competente trabajador desde su niñez, amante del
      trabajo,
con un buen empleo y un sueldo,
una cuenta en el Banco, y una esposa encantadora y
      buena,
dos niñitos preciosos y una casita bien arreglada
en el lindero de un bosque, junto a un arroyo.

Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un
      hombre;
un hombre, amante de la naturaleza y de la humanidad
un hombre que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa de la libertad y su amor a los hombres:
dinero, tranquilidad, ambición mundana,
su esposa, sus hijos, su persona
y su vida.

Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo jamás nos hemos llevado un bocado
de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando su sacrificio supremo, recordando su
      heroísmo,
yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza
y me he visto obligado a repeler
las lágrimas de mis ojos,
y apretarme el corazón
que se me atorozonaba, para no llorar delante de él:
este hombre al que han llamado ladrón y asesino y
      condenado a muerte.

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del
      pueblo
y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el
      tiempo;
cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes,
      instituciones,
y vuestro falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado maldito en el que el hombre era lobo
para el hombre...

Si no hubiera sido por esto
yo hubiera podido vivir mi vida
charlando en las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre, como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores—
      ¡nada!
La pérdida de nuestras vidas —la vida de un zapatero
      y un pobre vendedor de pescado—
¡todo! Ese momento final es de nosotros,
      esa agonía es nuestro triunfo.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

* Las últimas palabras de Bartolomeo Vanzetti ante la corte que lo condenó a muerte fueron incluidas como un auténtico poema en la antología de Seldem Rodman: A new Anthology of modern Poetry.  Ed. by Seldem Rodman. The Modern Library, New York, 1938 y posteriormente en Poetry of freedom,  Ed. William Rose Benet and Norman Cousins. The Modern Lybrary, New York, 1945.

Sacco and Vanzetti - Peter Miller, 2006

Sacco y Vanzetti - Giuliano Montaldo, 1971

Here's to You (Ennio Morricone, Joan Baez) - Dirección de Ennio Morricone

2 comentarios:

  1. Es que son sus últimas palabras un auténtico poema testimonial que queda resonando como el espíritu de esa melodía ad infinitum de Joan Baez que queda resonando como toda una época que queda resonando como una página que no puede ser dada vuelta o pasada de nuestra memoria que queda resonando...

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  2. Tremenda la historia de Sacco y Vanzetti, a quienes quitaron la vida injustamente (quitar la vida a un semejante siempre es injusto), pero no lograron quitarles la dignidad.

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