domingo, 3 de febrero de 2019

La Creación (Sermón negro) - James Weldon Johnson - Estados Unidos


The Creation - A Negro Sermon

And God stepped out on space,
And He looked around and said:
I’m lonely—
I’ll make me a world.

And as far as the eye of God could see
Darkness covered everything,
Blacker than a hundred midnights
Down in a cypress swamp.

Then God smiled,
And the light broke,
And the darkness rolled upon one side,
And the light stood shining on the other,
And God said: That’s good!

Then God reached out and took the light in His hands,
And God rolled the light around in His hands
Until He made the sun;
And He set that sun a-blazing in the heavens.
And the light that was left from making the sun
God gathered it up in a shining ball
And flung it against the darkness,
Spangling the night with the moon and stars.

Then down between
The darkness and the light
He hurled the world;
And God said: That’s good!

Then God himself stepped down—
And the sun was on His right hand,
And the moon was on His left;
The stars were clustered about His head,
And the earth was under His feet.
And God walked, and where He trod
His footsteps hollowed the valleys out
And bulged the mountains up.

Then He stopped and looked and saw
That the earth was hot and barren.
So God stepped over to the edge of the world
And He spat out the seven seas—
He batted His eyes, and the lightnings flashed—
He clapped His hands, and the thunders rolled—
And the waters above the earth came down,
The cooling waters came down.

Then the green grass sprouted,
And the little red flowers blossomed,
The pine tree pointed his finger to the sky,
And the oak spread out his arms,
The lakes cuddled down in the hollows of the ground,
The rivers ran down to the sea;
And God smiled again,
And the rainbow appeared,
And curled itself around His shoulder.

Then God raised His arm and He waved His hand
Over the sea and over the land,
And He said: Bring forth! Bring forth!
And quicker than God could drop His hand,
Fishes and fowls
And beasts and birds
Swam the rivers and the seas,
Roamed the forests and the woods,
And split the air with their wings.
And God said: That’s good!

Then God walked around,
And God looked around
On all that He had made.
He looked at His sun,
And He looked at His moon,
And He looked at His little stars;
He looked on His world
With all its living things,
And God said: I’m lonely still.

Then God sat down—
On the side of a hill where He could think;
By a deep, wide river He sat down;
With His head in His hands,
God thought and thought,
Till He thought: I’ll make me a man!

Up from the bed of the river
God scooped the clay;
And by the bank of the river
He kneeled Him down;
And there the great God Almighty
Who lit the sun and fixed it in the sky,
Who flung the stars to the most far corner of the night,
Who rounded the earth in the middle of His hand;
This Great God,
Like a mammy bending over her baby,
Kneeled down in the dust
Toiling over a lump of clay
Till He shaped it in His own image;
Then into it He blew the breath of life,
And man became a living soul.

Amen. Amen.


La Creación - Sermón negro

Y Dios salió al espacio,
miró a su alrededor y dijo:
“Estoy solo—
Voy a hacer un mundo.”

Y hasta donde el ojo de Dios podía ver
las tinieblas cubrían todas las cosas,
más negras que cien medias noches
allá abajo en un pantano de cipreses.

Entonces Dios sonrió
y la luz brotó
y las tinieblas se enrollaron por un lado,
y la luz quedó brillando por el otro lado,
y Dios dijo: “Está muy bueno.”

Entonces Dios alargó un brazo y cogió la luz con la mano,
y Dios le dio vueltas a la luz con las dos manos
hasta que hizo el sol,
y puso ese sol lanzando rayos en los cielos.
Y la luz que sobró después de hacer el sol
Dios la amasó en una bola brillante
y la arrojó a las tinieblas,
lentejueleando el cielo con la luna y las estrellas.

Entonces allá abajo
entre las tinieblas y la luz
arrojó el mundo;
y Dios dijo: “Está muy bueno.”

Entonces el propio Dios vino bajando—
Y el sol estaba a su mano derecha,
y la luna estaba a su mano izquierda;
y las estrellas se apiñaban alrededor de su cabeza,
y la tierra estaba debajo de sus pies.
Y Dios caminaba y donde quiera que pisaba
sus pisadas iban hundiendo los valles
y levantando las montañas.

Entonces Él se paró y miró y vio
y la tierra estaba caliente y vacía.
Y Dios caminó hasta el borde de la tierra
y escupió los siete mares;
y parpadeó y relumbró el relámpago;
y palmeó las manos y retumbó el trueno
y las aguas encima de la tierra cayeron,
las refrescantes aguas cayeron.

Entonces la verde hierba brotó,
y las florecitas rojas florecieron,
el pino señaló al cielo con su dedo,
y la ceiba abrió sus brazos,
los lagos se acurrucaron en los huecos de la tierra
y los ríos corrieron hasta el mar;
y Dios sonrió otra vez
y el arcoíris apareció
y se le enrolló en los hombros.

Entonces Dios levantó el brazo y agitó su mano
sobre el mar y sobre la tierra
y dijo: “¡ Producid! ¡ Producid!”
y antes que Dios bajara la mano,
peces y aves
y bestias y pájaros
nadaron en los ríos y en los mares,
vagaron en las selvas y en los bosques,
y rompieron el aire con sus alas.
Y Dios dijo: “Está muy bueno.”

Entonces Dios caminó alrededor,
y Dios miró alrededor
sobre todo lo que había hecho.
Miró su sol,
y miró su luna,
y miró sus estrellitas;
miró todo su mundo
con todas sus creaturas vivientes
y Dios dijo: “Todavía estoy solo.”

Entonces Dios se sentó
en la falda de un cerro donde podía pensar;
junto a un río ancho, profundo, se sentó;
con su cabeza entre las manos,
Dios pensó y pensó,
hasta que pensó: “¡ Me voy a hacer un hombre!”

Y del lecho del río
Dios extrajo el barro
y en la orilla del río
Dios se puso de rodillas
y allí el gran Dios Todopoderoso,
el que encendió el sol y lo colgó en el cielo,
el que arrojó las estrellas hasta el último rincón de la
      noche,
el que redondeó la tierra en el hueco de sus manos;
este gran Dios,
como una mamá agachada sobre su nene,
se arrodilló en el polvo
sudando sobre una pelota de barro
hasta que la formó a su propia imagen;
entonces le sopló el aliento de la vida,
y el hombre se volvió un alma viviente.

Amén. Amén.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

4 comentarios:

  1. Poema gospel. Impresionante.

    "Lentejueleando el cielo con la luna y las estrellas..." por "Spangling the night with the moon and stars..."

    Un hallazgo de los traductores, verdad?

    Magnífico.

    ResponderEliminar
  2. Sin duda. Genial.
    Es que, sin saber mucho inglés, uno diría que esto es una recreación, no una traducción al uso. La traducción literal puede quedar incomprensible y destrozar el sentido del poema, al menos en parte. ¡Qué difícil debe de ser traducir un poema y que conserve su atmósfera!

    ResponderEliminar
  3. Traducción, género literario en sí mismo.

    ResponderEliminar
  4. Sin duda. Por eso, cuando puedo, suelo incluir el nombre del traductor o traductores.

    ResponderEliminar