fuera la luz en el confín del mundo.
El faro que alumbró la nueva tierra
rompe las algas, duerme en el abismo.
Nadie baja en la noche hasta la playa
a escuchar las canciones de las olas que vuelven.
Alguién perdió
la luna y las estrellas
y las cartas marítimas antiguas,
el cielo está tomado por la niebla
de ceniza nevada sobre el mar.
Los viajeros traen nuevas desde Roma
y cuentan que se quema cada día.
El mundo se ha perdido en este mundo,
yo regreso a Lisboa para buscarte.
El saxo de Billy Swann resuena en la penumbra.
¿Recuerdas que bailábamos, recuerdas?
Dijeron: siempre es invierno en Lisboa,
y he venido buscando el invierno vivido
en el fuego sin fin de las caricias.
Es -tú sabes- tan fácil encontrarme.
Busca en el viejo bar con luz de gas.
Alguien mira, perdido, extraño junto al piano.
Tú descubres mi rostro en la ventana,
en la ciudad que un día
fuera la luz en el confín del mundo,
pero pasas en silencio,
apenas miras,
aún te cala mi lluvia en tu tristeza.
No amanece.
El invierno es nocturno en este puerto.
Qué bien se lee, como agua se bebe, qué bien suena... y resuena cusnod se lo siente:
ResponderEliminar"Es -tú sabes- tan fácil encontrarme.
Busca en el viejo bar con luz de gas.
Alguien mira, perdido, extraño junto al piano.
Tú descubres mi rostro en la ventana,
en la ciudad que un día
fuera la luz en el confín del mundo..."
Dizzy hasta de una afinación hace un sonido nuevo, embrión de melodía.
El gran, alegre y sabio Dizzy... Tuve la fortuna de escucharlo en directo, en uno de los festivales de jazz de San Sebastián. Para no olvidar.
ResponderEliminarQué inolvidable, seguramente, lo que has podido atesorar...
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