la templanza maternal del agua,
el cara o cruz de los viajes que no has hecho,
los árboles que trepas,
el amor que parte en dos
su evidencia y su dominio.
Para vivir no es conveniente dar rodeos
ni buscarle a las preguntas su respuesta en la respuesta.
A veces es mejor confiar en quien no sabe
y aprender de sus cautelas,
como aprende el animal a desapasionarse,
como aceptan las montañas ser final y antes del mundo.
Sabes que hay cosas de ti que no te pertenecen:
ser niño y persignarse,
demonios clamorosos,
la costumbre de besar a los extraños,
la monótona conciencia de la culpa,
alegrarse en carnaval,
creer en dioses.
Pero eres parte de tu siglo, de su bárbaro jolgorio.
Millones de hombres que se matan,
y se agotan en oficios rigurosos,
y hablan entre sí aunque no laten por nadie,
y sólo han aprendido a estar ya solos.
Solos como cuelgan los disfraces.
Solos como dos espejos solos.
Solos como suena el llamarse incluso Antonio.
Por eso que vivir se concreta en lo pequeño.
Ahí donde te miran unos ojos,
donde piensas en alguien y lo salvas;
donde alguien piensa en ti
y da tregua a tu destino sin saberlo.
No sé si lo entiendo del todo, pero hay versos que me ponen de rodillas...
ResponderEliminar"la templanza maternal del agua
...Para vivir no es conveniente dar rodeos
ni buscarle a las preguntas su respuesta en la respuesta.
A veces es mejor confiar en quien no sabe
...Solos como cuelgan los disfraces.
Solos como dos espejos solos..."
Pues yo creo que se entiende bastante bien, y se resume en el primer verso:
ResponderEliminar"La vida se concreta mejor en lo pequeño"
Y quizá más explícito en la última estrofa.
ResponderEliminarSí, es verdad.
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