por un amor que morreu
Están as rúas molladas
de tanto como choveu
Lela, Lela,
Leliña por quen eu morro
quero mirarme
nas meniñas dos teus ollos
Non me deixes
e ten compasión de min.
Sen ti non podo,
sen ti non podo vivir.
Dame alento das túas palabras,
dame celme do teu corazón,
dame lume das túas miradas,
dame vida co teu dulce amor.
Lela, Lela....
Intraducible, entiéndase bien, porque se le quitaría el sonido de maravilla, y porque se entiende igual, o mejor. Ma-ra-vi-llo-so... Me cambió la mañana.
ResponderEliminarTiernísimo poema de Castelao, un tipo adimirado no sólo por el galleguismo, sino por los gallegos en general, si se entiende esto.
ResponderEliminarNo quise traducirlo porque, aparte de que está traducido en el vídeo, como dices es intraducible, si se quier pillar todo su sentido.
Ah, Galicia! La lluvia, la morriña, la saudade! Inolvidable cuando se conoce.
Por cierto, Castelao murió en tu tierra, en Buenos Aires.
ResponderEliminar...Y está enterrado (me entero) en el cementerio de la Chacarita, cerca de la tumba de Gardel, adonde iré pronto (tan sólo por hacerme sentir lo de hoy) a dejarle una merecida flor...
ResponderEliminarBueno no, Carlos, no te precipites, estuvo enterrado en el cementerio de la Chacarita, efectivamente, pero en 1984 repatriaron sus restos a Galicia y desde entonces están en la iglesia de San Domingos de Bonaval, en el Panteón de Galegos Ilustres, en Santiago de Compostela, junto a los restos de Rosalía de Castro y otros gallegos ilustres. Lo conozco.
ResponderEliminarEntonces, alguna vez le dejaré la prometida flor allí. Otra razón para hacer ese viaje. Una promesa debe ser cumplida, no?
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