Todo aquí es palimpsesto,
pasión del palimpsesto:
a la deriva,
borrar lo poco hecho,
empezar de la nada,
afirmar la deriva,
mirarse entre la nada acrecentada,
velar lo venenoso,
matar lo saludable,
escribir delirantes historias para náufragos.
Cuidado:
no se pierde sin castigo el pasado,
no se pisa en el aire.
De Nuevas arenas I, 2002
... tras tanto acá y allá yendo y viniendo
Francisco de Aldana
Están aquí y allá: de paso,
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier fisura.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría de solidez y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin siquiera el recurso de mover una cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo.
De De procura de lo imposible, 1998
Sumas
caballo y caballero son ya dos animales
Uno más uno, decimos. Y pensamos:
una manzana más una manzana,
un vaso más un vaso,
siempre cosas iguales.
Qué cambio cuando
uno más uno sea un puritano
más un gamelán,
un jazmín más un árabe,
una monja y un acantilado,
un canto y una máscara,
otra vez una guarnición y una doncella,
la esperanza de alguien
más el sueño de otro.
De Reducción del infinito, 2002
La poeta uruguaya Ida Vitale, una de las voces más importantes de la generación del 45 (Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi, Idea Vilariño...), acaba de obtener a sus 92 años el XXIV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, concedido conjuntamente por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, y considerado como el Cervantes de la poesía. El premio lo obtuvo por unanimidad del jurado, reunido en el Palacio Real. Enhorabuena.
Huyendo de la dictadura, Ida Vitale se exilió en 1974 en México, donde conoció a Octavio Paz, que la integró en el comité asesor de la revista Vuelta. Participó además en la fundación del semanario Uno más uno y se dedicó a la enseñanza y al ensayo y crítica literaria.
Desde 1989 vive en Austin (Tejas) junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro. Su primer marido, el ensayista Ángel Rama, había muerto en 1983 en el accidente aéreo del Vuelo 11 de Avianca, en el aeropuerto de Barajas.
Ha traducido, entre otros autores, a Simone de Beauvoir, Benjamin Péret, Gaston Bachelard, Jacques Lafaye, Jean Lacouture y Luigi Pirandello.
Sobre su iniciación en la poesía cuenta Vitale que una tarde una profesora en prácticas le hizo memorizar un poema de Gabriela Mistral que comenzaba: "La hora de la tarde, la que pone / su sangre en las montañas. / Alguien en esta hora está sufriendo; / una pierde, angustiada, / en este atardecer el solo pecho / contra el cual se estrechaba".
Me lo aprendí como un loro, no entendía nada. Pero en los primeros años de colegio, como aquello era tan raro, me volví hacia el poema y al final lo entendí. Fue un misterio, pero de esa curiosidad, de ese tratar de entender algo que me habían enseñado en la escuela, creo que nació cierto interés. Uno siempre empieza tropezando.
Cuánto hace. Que no la leía y que merecía este premio, como mereció el Alfonso Reyes hace unos años. El paisito de Benedetti está lleno de poetas. "De procura de lo imposible" es un gran gran poemario. Salud!
ResponderEliminarPues mira, conocía a Vitale por referencias, pero imperdonablemente no la había leído hasta ahora. Me lo estaba perdiendo, claro. Una gran poeta.
ResponderEliminarYo no la conocía ni de nombre. Es que el paisito da sus frutos! Gracias, qué versos:
ResponderEliminarla esperanza de alguien
más el sueño de otro
Uno más uno: son más de dos, seguro.
ResponderEliminarCero en mates:)... y un diez por traerla.
ResponderEliminarNooo, aprobado (por los pelos) Porque... - x - = +... si se sigue el orden de los tres poemas y sus sentidos.
ResponderEliminarBuena conclusión.
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