imperaba la noche del sueño
en su forma primera
del desarraigado cielo
nacieron el sol y la luna
la sombra la luz
y la savia
y este deseo de crear
entre fuego y lágrimas
desarraigado el cielo
tú y yo pudimos
caminar por la tierra
nuevamente
henos aquí rodeados por el fuego
el desarraigado astro
nos muestra su lado clarividente
como fuego
nutrido por otro fuego
nuevamente algo
late en nosotros con deseos de vida
algo muere en nosotros
y se tiende en el fondo de una tumba
nuevamente el alba
nos corta la palabra
con su verdad
el mundo alrededor nuestro
agota su definición
por la noche el ausente
y el separado se unen
(dice el proverbio
de los hombres libres)
del árbol favorecido
por el milagro del día
se esperan los mejores frutos
nutridos por esa luz
tienen ellos la voz intacta
y el rostro sin fin
de los vivos
sobrecargado de piedras
un cuerpo en el fondo del agua
los senos jóvenes aún
y tan largas las manos
dos voces cohabitan en ella
por qué me miran
siempre a los ojos
preguntaba una de ellas
a nadie en particular
interrogándole a su locura
la otra voz decía
hay dos voces dentro de mí
¿cuál de ellas desollará la piel del mundo?
caminando lejos
de la opresión del légamo
regresa la muerte
trae en la boca
el sello del silencio
a semejanza de los siglos
vela mi diosa negra
una sombra alrededor de ella
arroja paletadas de fuego
sobre el residuo polvoriento de las miradas
nos saludamos
con un doble silencio
antes de caer
bajo los golpes del destino
tal vez mañana nos devuelvan
a nuestra enigmática ribera
yo seré esta piedra de luz
el rostro perforado
por signos infinitos
en el gran fuego de la tierra
se endurece esta arcilla perecedera
trabajada por nuestras manos
en pos de qué conquistas irrisorias
hemos entrado
en el sexo volcánico del mundo
su breve y violenta apertura
su milagro convulsionado donde tiembla
el oscuro labio de una rosa
desenmascarar el silencio
que se construye con un soplo
nos roza antes de cerrarse
invisible y secreto
esa esperanza nos anima
los pájaros nos miran
callan cuando pasamos
porque una palabra tras otra
avanzamos ignorando la meta
por conocerla ya demasiado
una palabra tras otra
su encadenamiento inquieto
sobre un hilo incierto
yo soy el lugar en el que caí
yo soy el lugar del que provengo
aquel hacia el que voy
De Marcher sur la terre, 1994
Poesía de la grande. Stop. Enraizada a la tierra y al destino. Stop. África e Islam. Stop. Impresionante. Stop.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Stop.
ResponderEliminarMe encantó. Un verso le tira el anzuelo al siguiente. Me encantó.
ResponderEliminarHay más versos de este tipo en el enlace de Amina Saïd.
ResponderEliminarSí, extraordinarios, borgeanos: "yo soy mil yo soy una / yo comienzo y me recomienzo /entre el infinito de las metamorfosis / entre el calendario inagotable del tiempo..."
ResponderEliminarSí señor, esto es claramente borgeano.
ResponderEliminarLeída, requeteleída y será revisitada (sin tu permiso:)
ResponderEliminarMe parece muy bien.
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