[...] La frustración cultural que comportaba vivir en los grandes centros urbanos del norte y del medio oeste contribuyó de forma muy importante a la formación del objetivo cinismo que llegó a constituir la actitud preponderante de los jóvenes negros de los años cuarenta en su confrontación con los Estados Unidos. De ese cinismo nació la siguiente pregunta, tantas veces formulada en los barrios negros: "¿Y cómo es que no arrojaron la bomba esa sobre Alemania?". Una cultura cuyo profundo e irónico sentido de la metáfora dio lugar a frases humorísticas como "If you white, you all right, / if you brown, hang around, / but if you black, get back" (Si eres blanco estás bien, si eres moreno puedes quedarte por ahí, pero si eres negro, vete), podía también, con igual sentido de la ironía, componer la letra "extraoficial" de uno de los populares bebops que se cantaban durante los cuarenta, titulado "Buzzy", y que decía: "You better get yourself a white girl / A colored girl ain't no good" (Más vale que te procures una chica blanca / porque una chica de color no sirve para nada). De nuevo se había producido un cambio de perspectiva basado en la presunción de que al fin todos los criterios de "eficaz adaptación" a la sociedad habían sido comprendidos por los negros. Y la "comprensión" sólo servía para dar mayor fuerza al cinismo. Si la sociedad no aceptaba a un negro, ello no se debía a que ese negro careciese de educación, a que fuese vulgar e inepto para vivir en esta sociedad, sino al puro y simple hecho de que ese negro era un negro. Y no había educación, buen gusto o flexibilidad que fueran capaces de alterar este hecho, La educación, etc., resultaban, a fin de cuentas, factores superfluos si tenemos en cuenta que el criterio básico de "adaptación" social consistía en ser blanco. El dogma sociológico de la "progresiva integración" en la sociedad, basado en la eficaz aplicación de los fundamentales requisitos previos establecidos por la escala de valores de esta sociedad, deja de tener significado cuando estos requisitos previos han sido comprendidos, deseados y poseídos, y pese a ello la separación sigue existiendo. Ésta fue una de las razones por las que tantos universitarios negros procedentes de la clase media abandonaron las aulas para dedicarse al jazz durante los años treinta. Estos universitarios habían conseguido tener todos aquellos requisitos previos que se decían precisos para ser aceptados por la sociedad, pero a pesar de ello la sociedad les rechazaba. Muchos de estos músicos comenzaron a considerar que el jazz era el "negocio de los negros", pero pasaban por alto la siempre vigente ley de Gresham1, así como el advenimiento de la era del swing. [...]
Traducción de Carlos Ribalta
LeRoi Jones (Amiri Baraka)
1 La Ley de Gresham es el principio según el cual, cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago. El hombre que llegó a tal conclusión fue sir Thomas Gresham, comerciante y financiero inglés del siglo XVI. (Wikipedia)
No me imagino cómo se sentiría un intelecutal negro en aquellos años en USA...
ResponderEliminarLa fotografía de Claxton, niquelada.
ResponderEliminarBlack or white. Los muchachos negros se fueron a la calle, al jazz, expulsados del paraíso de las aulas y universidades del sistema. A un muchacho blanco con alma negra que conocemos, oriundo de Duluth, Minnesota, le pasó igual en Hibbing cuando su adolescencia.
ResponderEliminarMortal este fragmento de Amiri Baraka. Revelador.
Y va el dinero y se venga, el negro expulsa al blanco del mercado.
ResponderEliminarQué jovencito JJ Johnson.
ResponderEliminarNo se me ocurre nada, de modo que sólo asentir con lo que decís vosotros.
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