Don Quijote
No veo Dulcineas, Don Quijote,
ni gigantes, ni islas, nada existe
de tu sueño de loco.
Sólo molinos, mujeres y Baratarias,
cosas reales que Sancho bien conoce
y para ti son poco.
Dulcinea
Quién eres tú no importa, ni conoces
el sueño en que nació tu rostro:
cristal vacío y mudo.
De la sangre de Quijote te alimentas,
del alma que en él muere es que recibes
la fuerza de ser todo.
Grande Saramago..
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