Tu cálida voz
tu corazón profundo
tus huellas visibles
el cielo de tu boca.
Tus ojos entreabiertos
tus pelos afilados
tu futuro despierto
la garra de tu pena.
San Juan te convoca
Picasso ensimismado
Lorca bajo el agua
el jardín y tu grito.
Ya estamos tristes
tenemos la medalla
innombrables sufrimientos
nos falta tu aliento.
El eco de tus pasos
por los puentes lejanos
tu cara tan cercana
la sombra de tu ángel.
Tu lobo en el desierto
tu raíz descubierta
tu próxima batalla
el resplandor de tu brisa.
Que digan lo que quieran
que hablen los muchachos
que bailen las ninfas
nos falta tu mirada.
Tus manos boquiabiertas
tu traje llevadero
tu pose descarnada
el cariño de tu risa.
Tu vida no se acaba
tu fuerza nos ayuda
el reloj habló claro:
el alcance de tu flecha.
Este poema fue escrito por Kiko Veneno ayer.
La leí en el País y aunque parezca oportunismo, no creo que lo sea
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