Un pobre cronopio va en su automóvil y al llegar a una esquina le fallan los frenos y choca contra otro auto. Un vigilante se acerca terriblemente y saca una libreta con tapas azules.
-¿No sabe manejar, usted?, grita el vigilante.
El cronopio lo mira un momento, y luego pregunta:
-¿Usted quién es?
El vigilante se queda duro, echa una ojeada a su uniforme como para convencerse de que no hay error.
-¿Cómo que quién soy? ¿No ve quien soy?
-Yo veo un uniforme de vigilante -explica el cronopio muy afligido- Usted está dentro del uniforme pero el uniforme no me dice quién es usted.
El vigilante levanta la mano para pegarle, pero en la mano tiene la libreta y en la otra mano el lápiz, de manera que no le pega y se va adelante a copiar el número de la chapa. El cronopio está muy afligido y quisiera no haber chocado, porque ahora le seguirán haciendo preguntas y él no podrá contestarlas ya que no sabe quén se las hace y entre desconocidos uno no puede entenderse...
-¿No sabe manejar, usted?, grita el vigilante.
El cronopio lo mira un momento, y luego pregunta:
-¿Usted quién es?
El vigilante se queda duro, echa una ojeada a su uniforme como para convencerse de que no hay error.
-¿Cómo que quién soy? ¿No ve quien soy?
-Yo veo un uniforme de vigilante -explica el cronopio muy afligido- Usted está dentro del uniforme pero el uniforme no me dice quién es usted.
El vigilante levanta la mano para pegarle, pero en la mano tiene la libreta y en la otra mano el lápiz, de manera que no le pega y se va adelante a copiar el número de la chapa. El cronopio está muy afligido y quisiera no haber chocado, porque ahora le seguirán haciendo preguntas y él no podrá contestarlas ya que no sabe quén se las hace y entre desconocidos uno no puede entenderse...
El día 27 de Mayo salió a la venta en España un nuevo libro de Julio Cortázar: "Papeles inesperados" . Editado en Alfaguara por el filólogo catalán Carles Álvarez Garriga, estudioso de la obra de Cortázar, el volumen recoge una gran variedad de escritos que el autor argentino nunca dió a la imprenta y que custodiaba la viuda, albacea y heredera universal del escritor, Aurora Bernárdez.
Entre esos escritos, en los que hay de todo -narrativa, textos periodísticos, vivencias personales, poemas-, se encuentra esta pequeña historia de cronopios.
Pueden ampliar la noticia en La mirada inmóvil.
Muy bueno, qué retranca tenía el jodío Cortázar!
ResponderEliminarLa sencilla lógica y filosofía del cronopio, le hace un ser especial y esa forma de contarlo de Cortázar, es impresionante.
ResponderEliminarUn abrazo.