No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón
haya sido apresado por una voz que canta.
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar,
como la madera, de la que sale lo mismo
el arco del guerrero que el laúd del cantor.
Versión de Emilio García Gómez
Ibrahim Ben Utman, alfaquí cordobés (s. XII)
Este poema forma parte de una pequeña antología de la lírica andaluza descubierta y traducida por el arabista español Emilio García Gómez y titulada Kitab rayab al-Mubarrazin wa-gayat almumayyazim ("Libro de las banderas de los campeones y de los estandartes de los selectos"), del célebre Ibn Said al-Magribi, muerto en 1274.
Este era un melómano.
ResponderEliminarY parece que a alguien no le gustaba demasiado que lo fuera.
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