mou naki tera no
ten takashi
La luna del invierno:
Un templo sin puerta, -
¡Qué alto está el cielo!
***
Kusu no me wo
shizuka ni nurasu
shigure kana
La llovizna invernal
Empapa silenciosamente
Las raíces del alcanforero.
***
Mokuzen wo
mukashi ni misuru
shigure kana
La lluvia del invierno
Nos muestra lo que hay ante nuestros ojos,
Como si perteneciera al pasado.
***
Kogarashi ya
hita to tsumazuku
modori uma
Un viento glacial:
De pronto el caballo tropieza
En el camino de vuelta a casa.
***
Nishi fukeba
higashi ni tamaru
ochiba kana
Arrastradas desde el oeste,
Las hojas caídas se amontonan
En el este.
Versión de Alberto Manzano y Tsutomu Tagaki
Entre el dolor y el frío.
ResponderEliminarEl camino se hace interminable.
Parece que este invierno nunca acaba.
Buen haiku, Finchu. ¿Tienes más por ahí?
ResponderEliminarNo me extraña que luego se hiciesen el Seppuku (creo que se escribe así)
ResponderEliminarO el Harakiri, que es igual de bestia pero sin decapitación final.
ResponderEliminarIgual no es tan bueno, no me he parado mucho a pensarlo, habría que traducirlo y presentárselo a uno de esos grupos que se reunen para compartir sus haikus.
ResponderEliminarQué curiosa cultura la japonesa.
Ahí va uno mio. Esta misma tarde lo he desarrollado:
ResponderEliminarNo se puede fumar
desde el 2 de enero.
Sólo fuera del bar.
Ay qué frío, me muero!
Ja, ja, muy bueno, genial.
ResponderEliminarHaiku reinosano o burgalés donde los haya.
De haiku tiene poco pero de sincero un rato largo.
ResponderEliminarSí, es más bien una cuarteta, pero sirve perfectamente.
ResponderEliminarJa, ja, ja, ja...
ResponderEliminarMe gustan el haiku de Finchu y la cuarteta (?) de Jose.
Y lo que más me gusta, más incluso que los haikus que presentas, Juan, es veros haciendo el ganso a todos.
¡Gracias! Me pregunto por qué os tendré este cariño...
¿Porque somos más majos que las pesetas?
ResponderEliminarNo sé... Podría ser... Nunca lo había pensado... Ja, ja, ja, ja...
ResponderEliminar¡Pues claro!
Ja, ja, ja, ja...
¡Ah! Y porque... ¡sois "mis" caballeros! Ja, ja, ja,... Sin caballos, sin juramentos, sin obligaciones, con otras damas, sin ningún tipo de obligación, pertenencia, como aguas que brincan de peña en peña, como cataratas, océanos... pero... más majos que las pesetas! ¡Muchísimo más! ¡Dónde va a parar!
¡Cómo me alegraría que todos estuvierais bien, siempre!
Por cierto, Juan, estoy disfrutando mucho de la nueva música del mes aquí, en Salvo el Crepúsculo.
ResponderEliminarMe ha recordado a la segunda patita del juego de la oca de la taberna.
¡Gracias! Me gustan tanto vuestras músicas.