y es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes
(necesito emborracharme
cerrar todas las ventanas que dan a esta tarde
necesito saber la cantidad exacta de desesperación que anida en
esta hora)
en el sur sé que hay una ciudad que me espera
es extraño nunca he vivido allí la tristeza de noviembre
no sé cómo será el rumor de los magnolios golpeados por la lluvia
cuando noviembre invada las avenidas
y sobrevivan las cúpulas solitarias sencillamente solas
bajo un cielo de invierno sin pájaros
no sé qué vibración de muerte se esparcirá sobre el río
en el sur
no sé si tus pasos sonaron alguna vez en las losas de la ciudad
(es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes)
tendré que enseñar a sus habitantes
el perfil asombrado de tu rostro
tendré que asesinar sus tardes de tranvías y río
con la furia que he aprendido de tu mirada
pero en el sur
qué extraño será atravesar parques y plazas
masticar el viento enervado de noviembre
descender a los muelles
sabiendo que siempre hay una ciudad que me espera
y que no tiene tu nombre grabado en las paredes.
"...nunca he vivido allí la tristeza de noviembre
ResponderEliminarno sé cómo será el rumor de los magnolios golpeados por la lluvia
cuando noviembre invada las avenidas
y sobrevivan las cúpulas solitarias sencillamente solas
bajo un cielo de invierno sin pájaros..."
Me gustan mucho sobre todo estos versos, tienen destino de ser aprendidos de memoria... Lo que me ha hecho sentir el poema es que tal vez noviembre, ya el de los primeros fríos allá o el de los primeros calores acá, es el mismo en todo lugar y siempre.
No sé si es el mismo, pero por aquí la verdad es que suele ser un poco triste.
ResponderEliminarExtraordinarios versos de Pallarés, a la que apenas conocía.