Enheduanna es el primer escritor y poeta (escritora y poeta) de la Humanidad del que se tiene noticia cierta, ya que fue el primero (la primera) que firmó sus escritos.
Nació hacia 2354 a. C. en la ciudad sumeria de Ur. Era hija de Sargón I, rey que unificó las ciudades-estado de la Alta y la Baja Mesopotamia en un único imperio.
Según la investigadora Ale Mendé, cada sílaba del nombre de Enheduanna tiene un sentido: en quiere decir "alta sacerdotisa", hedu "ornamento" y anna significa "cielo".
Fue nombrada por su padre Gran Sacerdotisa del dios de la Luna Nanna. El puesto era sumamente poderoso, ya que era la única que podía nombrar a cualquiera de los mandatarios de la ciudad, de modo que sus funciones no eran únicamente religiosas, sino, además, políticas.
Vivió en un templo cercano a lo que hoy es el Golfo Pérsico y mantuvo el puesto de Gran Sacerdotisa hasta su muerte, de la que se desconoce su fecha exacta.
El reverso de una de tablillas aparecidas con su nombre en el templo de Nanna en Ur contiene un texto que podría hacer referencia a su nacimiento. Dicho texto, según la traducción de Robert Rivas, reza así:
Mi madre sacerdotal me concibió; secretamente
Me trajo al nacimiento
Me colocó en un Arca, hizo trabar mi puerta.
Me confió al río, que no me hundió.
El río me trajo hasta aquí, el labrador,
Quien me condujo a ser su hijo…
Durante mi jardinería,
La Diosa Ishtar, me amó, y durante
Cincuenta y cuatro años
Mío fue el reinado.
A lo largo de su vida y sobre todo durante su cargo como sacerdotisa, escribió una gran variedad de poemas e himnos religiosos, en su mayoría escritos para el dios de la Luna Nanna y para la diosa sumeria del Amor.
En la actualidad se conservan 42 himnos que enaltecen diferentes ciudades de Sumeria y Acadia como Eridu, Sipar y Esnunna.
Lo que van a leer a continuación es un extracto del poema La exaltación de Enheduanna a Inanna , compuesto por 18 estrofas en las que se habla sobre la felicidad y desastres de la Diosa Innana según la traducción de Robert Rivas.
Pero Enheduanna también es considerada como la primera música, ya que escribió diferentes himnos, la mayoría de temática religiosa, como no podía ser otra forma en aquellos tiempos. El más conocido es el Himno a Inanna (diosa sumeria del Amor), que se utilizaba durante el ritual en honor a la diosa.
Enheduanna podría también ser considerada como la primera cronista de la historia, ya que fue ella quien escribió la crónica del derrocamiento de su padre y el destierro de su familia.
Unos 4300 años después, los eruditos la llaman la Shakespeare de Sumeria.
Nació hacia 2354 a. C. en la ciudad sumeria de Ur. Era hija de Sargón I, rey que unificó las ciudades-estado de la Alta y la Baja Mesopotamia en un único imperio.
Según la investigadora Ale Mendé, cada sílaba del nombre de Enheduanna tiene un sentido: en quiere decir "alta sacerdotisa", hedu "ornamento" y anna significa "cielo".
Fue nombrada por su padre Gran Sacerdotisa del dios de la Luna Nanna. El puesto era sumamente poderoso, ya que era la única que podía nombrar a cualquiera de los mandatarios de la ciudad, de modo que sus funciones no eran únicamente religiosas, sino, además, políticas.
Vivió en un templo cercano a lo que hoy es el Golfo Pérsico y mantuvo el puesto de Gran Sacerdotisa hasta su muerte, de la que se desconoce su fecha exacta.
El reverso de una de tablillas aparecidas con su nombre en el templo de Nanna en Ur contiene un texto que podría hacer referencia a su nacimiento. Dicho texto, según la traducción de Robert Rivas, reza así:
Mi madre sacerdotal me concibió; secretamente
Me trajo al nacimiento
Me colocó en un Arca, hizo trabar mi puerta.
Me confió al río, que no me hundió.
El río me trajo hasta aquí, el labrador,
Quien me condujo a ser su hijo…
Durante mi jardinería,
La Diosa Ishtar, me amó, y durante
Cincuenta y cuatro años
Mío fue el reinado.
A lo largo de su vida y sobre todo durante su cargo como sacerdotisa, escribió una gran variedad de poemas e himnos religiosos, en su mayoría escritos para el dios de la Luna Nanna y para la diosa sumeria del Amor.
En la actualidad se conservan 42 himnos que enaltecen diferentes ciudades de Sumeria y Acadia como Eridu, Sipar y Esnunna.
Lo que van a leer a continuación es un extracto del poema La exaltación de Enheduanna a Inanna , compuesto por 18 estrofas en las que se habla sobre la felicidad y desastres de la Diosa Innana según la traducción de Robert Rivas.
Pero Enheduanna también es considerada como la primera música, ya que escribió diferentes himnos, la mayoría de temática religiosa, como no podía ser otra forma en aquellos tiempos. El más conocido es el Himno a Inanna (diosa sumeria del Amor), que se utilizaba durante el ritual en honor a la diosa.
Enheduanna podría también ser considerada como la primera cronista de la historia, ya que fue ella quien escribió la crónica del derrocamiento de su padre y el destierro de su familia.
Unos 4300 años después, los eruditos la llaman la Shakespeare de Sumeria.
INNANA1 Y LAS ESENCIAS DIVINAS
Señora de todas las esencias, luz plena, buena mujer
vestida de esplendor
a quien el cielo y la Tierra te aman,
amiga del templo de An
tú llevas grandes ornamentos,
tú deseas la tiara de la grande sacerdotisa
cuyas manos sostienen las siete esencias,
las has escogido y colgado de tu mano.
Has reunido las esencias sagradas y las has puesto
apretadas sobre tus pechos
INNANA Y AN2
Como un dragón has cubierto el suelo de veneno
como el trueno cuando ruges sobre la Tierra
árboles y plantas caen a tu paso.
Eres una inundación descendiendo desde
una montaña,
¡Oh primaria,
Diosa Lunar del cielo y de la Tierra!
tu fuego sopla alrededor y cae sobre
nuestra nación.
Señora montada sobre una bestia,
An te da cualidades, ordenes sagradas
y tú decides
tú estás en todos nuestros grandes ritos
¿Quién puede entenderte?
INNANA Y ENLIL3
Las tormentas te prestan alas,
destructora de nuestras tierras.
Amada por Enlil, tú vuelas sobre nuestra nación
tú sirves a los decretos de An.
Oh mi señora, al oír tu sonido
colinas y llanuras reverencian.
Cuando nos presentamos ante ti,
aterrados, temblando en tu clara luz
tormentosa,
recibimos justicia
nosotros cantamos, nos lamentamos y
lloramos ante ti
y caminamos hacia ti a través de un sendero
desde la casa de los enormes suspiros
INNANA E ISHKUR4
Tú lo derribas todo en la batalla.
Oh, mi señora sobre tus alas
llevas la segada tierra y embistes
enmascarada
en una atacante tormenta,
ruges como una rugiente tormenta,
truenas y sigues tronando y resoplas
con vientos malignos.
Tus pies están llenos de inquietud.
En tu arpa de suspiros
yo escucho tu canto fúnebre
INNANA Y LA ANUNNA5
Oh, mi señora, la Anunna, los grandes
Dioses,
Aleteando como murciélagos delante de ti,
se vuelan hacia los farallones.
No tienen el valor de caminar
delante de tu terrible mirada.
¿Quién puede domar tu furibundo corazón?
Ningún Dios menor.
Tu malevolente corazón está más allá de la
templanza.
Señora, tú sedas los reinos de la bestia,
tú nos haces felices.
Tu furia está más allá de la templanza,
¡Oh hija mayor de Suen!
¿Quién te ha negado alguna vez
reverencia,
Señora, suprema sobre la tierra?
INANNA Y EBIH6
En las montañas en donde no eres
venerada
la vegetación está maldita.
Tú has convertido en cenizas sus
grandes entradas.
Por ti los ríos se inflan de sangre
y la gente no tiene nada que beber.
El ejército de la montaña va hacia ti
cautivo
espontáneamente.
Saludables hombres jóvenes desfilan
ante ti
espontáneamente.
La ciudad danzante está colmada de
tormenta,
conduciendo a los hombres jóvenes
hacia ti, cautivos.
Traducción de Robert Rivas
Enheduanna
1 En la mitología sumeria Inanna era la diosa del amor, de la guerra y protectora de la ciudad de Uruk. Con la llegada de los acadios Inanna se sincretiza con la diosa Ishtar. Su representación era un haz de juncos verticales con la parte superior curvada.
Asociada con el planeta Venus, se la identifica con la diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los acadios fue conocida como Ishtar. Según la mitología sumeria era hija de Nannar (Sin en acadio, dios de la Luna) y Ningal (la Gran Dama, la luna) y hermana gemela de Utu, conocido en acadio como Shamash. Su consorte fue Dumuzi (semidiós y héroe de Uruk). Ishtar o Inanna representa el arquetipo de la Diosa madre.
2 En la mitología sumeria, An (en sumerio An = "cielo") o Anu (en acadio) era el dios del cielo, señor de las constelaciones, rey de los dioses, que vivía con su esposa, la diosa Ki (en sumerio, "tierra" o Antu en acadio), en las regiones más altas del cielo.
Se creía que tenía el poder de juzgar a los que habían cometido delitos, y que había creado las estrellas como soldados para destruir a los malvados. Su atributo era la tiara real. Su sirviente y ministro era el dios Ilabrat.
Fue uno de los más antiguos dioses del panteón sumerio, y formaba parte de una tríada de grandes dioses, junto a Enlil, dios del aire y la atmósfera y a Enki (también conocido, en acadio, como Ea), dios de la tierra o de los "cimientos". Era considerado como el padre y primer rey de los dioses. Anu es asociado con el templo E-anna de la ciudad de Ur (la Erech bíblica), en el sur de Babilonia y hay buenas razones para creer que este lugar sería la sede original del culto a Anu. Si esto fuese correcto, entonces la diosa Inanna (o, en acadio, Ishtar) de Ur puede, en algún momento, haber sido su consorte.
Fue posteriormente asimilado por el dios Assur (asirio-babilónico), y el dios Marduk.
3 En la mitología sumeria, Enlil (también, a veces, Ellil en textos posteriores acadios, hititas o caananitas), era el señor de los cielos y de la tierra, adorado por otros pueblos mesopotámicos, como los acadios, babilonios, cananeos y asirios. Aparece citado en el Código de Hammurabi.
Se han propuesto dos orígenes para el nombre Enlil. Según el primero vendría del sumerio. En es "señor" y líl es "tormenta" o "viento", por lo que su nombre significaría literalmente, "Señor de la tormenta" o "Señor del viento" o "Dios del viento". La otra opción, más reciente, indicaría una sumerización de la raíz semita il (Dios), la misma que da origen a los términos El y Alá, significando así dios señor. Su nombre se encuentra asociado frecuentemente al término kur, que hacía referencia a montaña y a extranjero. Así, su hogar era el é.kur (casa-montaña) y los adjetivos asociados al dios eran kur.gal (gran montaña) y lugal.a.ma.ru (rey de las tormentas). Todos estos términos parecen indicar que Enlil era un dios del clima. En Mesopotamia, el clima no marcaba la bonanza de las cosechas, ya que éstas dependían del curso de los ríos, sino sólo su desgracia y malogro. Esto explica el carácter irascible y temible de Enlil que sólo se manifiesta en hechos negativos como las grandes tormentas, las inundaciones y los cambios de curso de los ríos. Así, en el mito del Diluvio mesopotámico es Enlil quien abre las compuertas del cielo para acabar con los molestos humanos.
4 Isku o Iskur en sumerio, y Adad en acadio, es el dios de las tormentas y las lluvias de los pastores, adorado aproximadamente del 3500 a. C. al 1750 a. C. en la antigua Mesopotamia. Su centro de culto estaba en Karkara, y E.nam.khe era el templo al que recibía culto. Es descrito como hermano del dios sol Utu. En la mitología de la creación Enki puso a su cargo los vientos y "el dique de plata en el corazón del cielo". Otros autores lo describen como un toro o un león, y sus rugidos eran como truenos. En un texto figura como hijo de An y hermano gemelo de Enki.
En 1772 a. C. Hammurabi construyó un trono para rendir culto a Adad.
5 Los Anunnaki (antigua transcripción acadia por el sumerio Anunna) son un grupo de deidades sumerias y acadias identificados en los textos con los Anunna y los Igigi, dioses menores.
Originalmente pertenecían al panteón de la ciudad de Nippur. Se mencionan también en Lagash y en Eridú. En esta última ciudad los Anunna eran cincuenta.
Según la mitología mesopotámica, los Anunna eran, inicialmente, los dioses más poderosos y vivían con Anu en el cielo. Posteriormente, sin que se haya establecido un motivo claro de este cambio, fueron los Igigi los considerados como dioses celestes mientras el término Anunna se empleaba para designar a los dioses del Inframundo, especialmente a siete dioses que hacían la función de jueces en el Inframundo.
6 Gobernante de la antigua ciudad de Mari.
Se conserva una extraordinaria y muy conocida estatua del superintendente Ebih, que representa una ofrenda votiva realizada hacia Ishtar, diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, del sexo, de la fertilidad, y patrona de otros temas menores, conocida también con el nombre de Inanna en Sumeria, Anahit en la antigua Armenia (Urartu), Astarté en Fenicia y en las religiones abrahámicas.
(Datos recogidos de la Wikipedia).
Ser poético en sí. Ser poético. total.
ResponderEliminarDecía Borges, refiriéndose a la "Epopeya de Gilgamesh" que sus páginas inspiran el horror de lo que es muy antiguo y nos obligan a sentir el incalculable peso del Tiempo.
ResponderEliminarNo es este caso, aunque en parte sí. Los poemas de Enheduanna no inspiran horror, pero sí vértigo por el paso del tiempo y perplejidad y una especie de conformidad al comprobar que el ser humano (lo hemos comentado muchas veces) es siempre uno y el mismo, aunque sea capaz de colonizar planetas. Que lo hará, no nos quepa ninguna duda.
Como hizo con este... tal vez?
ResponderEliminarSí, solo que a este planeta se empeña en cargárselo. Pero no lo conseguirá (espero).
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