martes, 27 de noviembre de 2018

Microrrelatos/ 27 - La trama - Jorge Luis Borges - Argentina


Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.

3 comentarios:

  1. Palabras que hay que oírlas, no leerlas... nítidas palabras que no sólo dicen o se pronuncian, además puede vérselas.

    Otra vez el tiempo que regresa y la memoria de los objetos entre las obsesiones de Borges.

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  2. ¿Lo que ocurrió vuelve a ocurrir, en una de esas simetrías tan queridas por Borges, o es que no se fue y sigue estando ahí para mostrarse en cualquier momento?

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