sobre un almuerzo de apuro
y abandonado de la muerte y el laburo
cuando la forma del mundo
que rebota
se va a esconder en la trampa de la red
como pelota
te alcanza que la tarde quede ronca
para olvidarte de la mufa y de la bronca.
Si hasta los ángeles petisos
te acompañan
bajando a gritar desde los frisos.
Tu vida va en el puño
caliente como el sol
y el cuore está golpeando
gol gol gol
Qué emoción de hincha-poeta sin "y" que separe lo que es uno solo. Qué sensibilidad para detectar que hasta los angelitos de los frisos gritan con la boca llenan de gol... Qué pérdida para el fútbol-poesía que nos expulsaran a Santoro en pleno partido, no?
ResponderEliminarLo esxpulsaron en pleno partido, sí, malditos sean para siempre, pero no lo callaron, porque aquí sigue.
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