sino libre enamorada.
No me quiero catiuar
ni meterme en sojución,
pues que todo, a mi pensar,
es estar siempre en prisión;
y por aquesta razón
cierto no seré casada,
sino libre enamorada.
¿Quién me saca a mí de seso?,
que buey suelto bien se lame,
no quiero tomar tal peso,
por esso nadie me ladre,
que aunque me mate mi madre,
cierto no seré casada,
sino libre enamorada.
El buen amigo, señora,
llama con gorra en la mano,
este otro siquiera vn hora
no está en paz en todol año;
poresso ved si m'engaño
en no querer ser cassada,
sino libre enamorada.
Si hos paráys ala ventana
o a la puerta, están gruñendo,
dizeos que soys muger vana
y contino están riñendo;
prometeos, pues ésto entiendo,
que yo no seré casada,
sino libre enamorada.
Si rogáys a algún amigo
que haga algo por vos,
prometeos, según magino,
piensa se lo manda Dios;
pues si ésto miramos nos,
gran locura es ser casada,
sino libre enamorada.
El buen amigo nos tiene
siempre sobre su cabeça,
dos mil veces va y viene
mostrando su gentileza;
pues dezid, ¿no es gran tristeza
pensar yo de ser casada,
sino libre enamorada?.
En fin, concluyo en aquesto,
que más quiero yo tener
amor y no padescer
con marido muy molesto;
y pues qu'estó yo en ésto,
cierto no seré casada,
sino libre enamorada.
Fin.
Libre enamorada de quien me dé la gana...
ResponderEliminarInteresantísima reseña acompaña estas coplas. Una suerte de volatinero, Rodrigo, tipo vital, jovial, atrevido, transgresor para su época; todos atributos de un poeta popular.
Y fue todo eso que dices (risueño, alegre y gozador, dice el enlace), pero además introductor en España de ciertas maneras poéticas foráneas.
ResponderEliminarUn tipo de cuidado.