como un espejo, sí, como un espejo
herido, como un sol incendiado o las cenizas
de sol en la mirada de lo que fue:
días de amor como dicen que son
en la penumbra los muebles de una alcoba,
sus espejos, los cuerpos que reposan
en la indolencia de un prado o de una cama.
Al pintar iniciamos la creación
de la realidad. El tiempo ignora este instante
de dicha, este dolor del lienzo
que revela el cuerpo que ahora duele
tanto porque es tan sólo el cuerpo
de un instante. Y está aquí, con nosotros.
Como el día del amor en el lienzo,
sin ventanas, ni luces, ni paisaje,
sólo este hondo dolor,
este abrazo que ahora, en el vacío,
es una herida, como las sombras
que dejan los muertos más queridos
en nuestros ojos. Y duele tanto
amarles. Y amarla duele más
porque está viva y no está aquí
y es feliz y ha olvidado mi abandono.
De Los espejos del mar
Qué cosa el dolor que lo abarca y lo puede todo mientras que el alegre bienestar suele ser parcial, momentáneo... Qué cosa, además, si le agregamos algo de culpa, añoranza o frustración: "la mirada de lo que fue", "los días de amor", "el cuerpo que ahora duele
ResponderEliminartanto porque es tan sólo el cuerpo de un instante", "ahora que el corazón me duele como nunca, como un espejo", sí, uno es su espejo, y cuando se queda solo se duele uno, uno se ha abandonado...
Otro gran poema de Juan Antonio Masoliver.
Magnífico poema, un poco triste y derrotista. Y sin embargo, Masoliver suele decir que el humor es el antídoto de la muerte. No sé si lo dice exactamente así, pero más o menos. No creo que haya contradición entre este poema y su visión de la vida.
ResponderEliminar