Sabes, al menos tú,
que existen diferentes
lenguajes, que es difícil
traducir la vida
que fluye en ellos.
¿De qué hablan? De la risa
y de la muerte: cara y cruz.
Sobre todo hablan de nosotros,
sin parar, sin saberlo,
de los vínculos que hemos creado
y que nos unen, nos separan
cuando forcejeamos
si se hace necesario liberarnos.
Nos sentimos a veces
esclavos de nosotros, peleamos
para zafarnos de ataduras.
Una forma de poesía:
quisiéramos ser aire transparente.
Parecer, como el aire, invencibles.
El aire que levanta los aviones,
encrespa el mar, empuja barcos;
aire donde se eleva el humo.
El recuerdo de nuestros padres
es un aire gastado que respira,
que nos sostiene y nos retiene.
Estamos forcejeando, olvidándonos;
del esfuerzo se nos sale un gemido,
palabras de un lenguaje que ignoramos.
Desvanecernos como el aire,
como una emoción, cualquier emoción
que tiende a desaparecer.
El aire que llevamos,
el aliento que somos
fluye entre los pulmones
como un abismo, como
un emblema: divisa de un ser dividido.
Perdemos el aliento
en un gemido hondo
que no entendemos: nombre
de una necesidad desconocida.
Profunda mirada la de Luis Cremades. De aquí en más lo seguiré.
ResponderEliminarVolver al aire
a transparecer
luego de haber sido lo opuesto
una forma
más allá de haber tenido un tiempo
una posibilidad
Polvo desintegrándose
en su único destino: desaparecer
y a su debido tiempo
juntándose otra vez
para volver a intentarlo
De eso debe tratarse la cosa.
Y yo seguiré poniendo de vez en cuando poemas de Cremades, me parace un poeta muy interesante. Y, por cierto, su blog es muy bueno.
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