El número aúreo o proporción aúrea o divina proporción es un número irracional (de infinitos decimales no periódicos) representado por la letra griega φ o Φ (Phi, leído "fi"), en honor al escultor Fidias, que lo utilizaba conscientemente como valor estético. Al número φ se puede llegar por varios caminos, pero diremos que es la solución positiva de la ecuación de segundo grado: φ2-φ-1=0, es decir (1+√5)/2 = 1,618033988749...
Dicho número es una proporción (razón, se dice en matemáticas) muy curiosa que se da en un rectángulo con propiedades también muy singulares y que se conoce como "rectángulo de oro". Se obtiene a partir de un cuadrado, añadiéndole, según muestra la figura, un rectángulo de base b, de tal manera que tenemos dos rectángulos: el añadido BEFD y el mayor AEFC. Pues bien, la razón o cociente entre los lados de cada uno de ellos es la misma, es decir: c / a = a / b o, si lo prefieren, CF /AC = EF / DF, y esa razón es el número Φ. Los pitagóricos lo consideraban el "número de oro".
El número aúreo se ha utilizado consciente o inconscientemente a lo largo de la historia en todo tipo de manifestaciones artísticas: pintura, arquitectura, escultura... Incluso en la música: Beethoven, Mozart, Debussy... etc, lo utilizaron en sus composiciones aun sin saberlo.
Seguramente todo lo que nos resulta bello en la naturaleza y en las artes lleva escondida (o a la vista) la "divina proporción".
Dicho número es una proporción (razón, se dice en matemáticas) muy curiosa que se da en un rectángulo con propiedades también muy singulares y que se conoce como "rectángulo de oro". Se obtiene a partir de un cuadrado, añadiéndole, según muestra la figura, un rectángulo de base b, de tal manera que tenemos dos rectángulos: el añadido BEFD y el mayor AEFC. Pues bien, la razón o cociente entre los lados de cada uno de ellos es la misma, es decir: c / a = a / b o, si lo prefieren, CF /AC = EF / DF, y esa razón es el número Φ. Los pitagóricos lo consideraban el "número de oro".
El número aúreo se ha utilizado consciente o inconscientemente a lo largo de la historia en todo tipo de manifestaciones artísticas: pintura, arquitectura, escultura... Incluso en la música: Beethoven, Mozart, Debussy... etc, lo utilizaron en sus composiciones aun sin saberlo.
Seguramente todo lo que nos resulta bello en la naturaleza y en las artes lleva escondida (o a la vista) la "divina proporción".
A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.
A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.
A ti, mar de los sueños angulares,
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.
Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera trasparente.
A ti, divina proporción de oro.
Aclarando de entrada no más que las matemáticas me cuestan y por momentos me parecen insondables, igualmente puedo percibir (ver y creer) que El Tiempo, el Universo, la Naturaleza, la Vida misma, o como le queramos decir, se valen de esa fórmula (el número áureo o divina proporción) para formar parte o componer todos los fenómenos: la forma de una nube, un helecho, una roca, toda obra de arte, incluso cualquier color o perfume o sabor o sonido o verso está regida por ella, por ese ritmo...
ResponderEliminarLa poesía está en todo y el soneto de Alberti es de tal perfección rítmico-poética-matemática... que uno debiera pulir un poco más hasta sus pensamientos pasajeros, adecuarse más a esa fórmula, tratar de "afinar" con el (llamémosle) Universo...
Aunque es relativamente fácil de interpretar qué es y cómo se obtiene el "número aúreo", es bastante más arduo explicar sus casi infinitas implicaciones. Está en todas partes: en la naturaleza, en las artes, que se han servido constantemente de él (sobre todo la arquitectura y la pintura), en todo. No digamos en la geometría: polígonos regulares, poliedros...
ResponderEliminarRafael Alberti parece que sabía de qué hablaba y le dio un halo poético, que por otra parte no necesita, ya que el "número aúreo" es poético de por sí.