anómalos, se juntan
con indolente asimetría:
un tropel
de vestigios locuaces,
pendencieros, irresolutos, lerdos.
He pugnado con ellos
durante muchos años: los he visto nacer,
durar, languidecer. Han resistido
intemperies, saqueos, turbamultas.
Algunos llevan dentro
la ponderada prueba de mi envidia,
los más el distintivo
incorregible de la decepción.
Mi error fue abrir un día un libro.
Nada tan personal como la biblioteca particular de cada cual.Tu biblioteca es tu mas nitido espejo...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. En tu biblioteca te reconoces, porque a veces en el espejo en que te miras por las mañanas no.
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