El poeta y ensayista polaco Adam Zagajewski, conocido ya de este blog, acaba de ser galardonado con el prestigioso Premio Princesa de Asturias de las Letras, anteriormente Premio Príncipe de Asturias. Enhorabuena.
Poeta social, disidente del régimen comunista (huyó al Occidente democrático y vivió varios años en París y en Estados Unidos, aunque luego volvió a su país), candidato al Nobel desde 2007 y devoto seguidor de Antonio Machado, dice cosas como estas, porque puede hacerlo:
La poesía fue un arma muy poderosa durante el totalitarismo porque la poesía busca la verdad que consigue desmontar los subterfugios de la ideología. La poesía mató al comunismo. Ahora es mucho más difícil con el presente populismo difuso, que es una forma de semifascismo, porque la gente no respeta las palabras. Y no les importa la verdad.
Las ideologías que habíamos desterrado han entrado por la puerta trasera.
Odio los populismos, pero Europa no está acabada.
Odio los populismos, pero Europa no está acabada.
Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio [siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los tres [elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.
Versión de Elzbieta Bortkiewicz
Ayer nomás leía este gran poema del merecidamente premiado Adam Zagajewski, poeta valiente, tierno, lúcido e inspirador (como tiene que ser un poeta) que hasta hace poesía con las respuestas que ofrece en una entrevista:
ResponderEliminar"...La poesía busca la verdad que consigue desmontar los subterfugios de la ideología. La poesía mató al comunismo. Ahora es mucho más difícil con el presente populismo difuso, que es una forma de semifascismo, porque la gente no respeta las palabras...
Las ideologías que habíamos desterrado han entrado por la puerta trasera..."
Tan inspirador como movilizador que con este último verso de su respuesta me despierta las irrefrenables ganas de volver a leer Casa Tomada de Cortázar.
El populismo alguna vez entró por la puerta trasera de la casa de Julio y lo que nos cuesta desalojarlo...
ResponderEliminarDe acuerdo con los calificativos que le dedicas a Zagajewski en tu primer comentario.
ResponderEliminarEn cuanto al segundo, a algunos les puede sonar a blasfemia, pero es que es verdad.
La frase sobre Europa de Zagajewski me ha recordado otra frase del Papa Francisco de hace un par de años:
ResponderEliminar"Europa todavía no se murió, pero está medio abuelita."