comienza a cantar,
ensaya el canto,
derrama flores,
alegra el canto.
Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos responden
nuestras sonajas floridas.
Derrama flores,
alegra el canto.
Sobre las flores canta
el hermoso faisán,
su canto despliega
en el interior de las aguas.
A él responden
varios pájaros rojos,
el hermoso pájaro rojo
bellamente canta.
Libro de pinturas es tu corazón,
has venido a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.
Tú sólo repartes
flores que embriagan,
flores preciosas.
Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.
Con sonora y colorida paleta se canta a sí mismo y al ser poeta. Una maravilla el trovador Nezahualcóyotl.
ResponderEliminar"Libro de pinturas es tu corazón,
has venido a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes..."
Y cantaba lleno de alegría e inspiración.
La humanidad en toda su pureza, en toda su infancia. Y mira que pasan por ser bestias los aztecas...
ResponderEliminarLa sensibilidad de estos "salvajes" conmueve, resiste el paso del tiempo...
ResponderEliminar"Salvajes" para esta época, aunque esta época no es menos salvaje, si lo mirás bien, que cualquier otra. Al final, lo que decimos siempre y no nos cansaremos de repetir: el ser humano es uno y el mismo en todas las épocas. Todo lo mejor y todo lo peor se puede encontrar en él sin buscar demasiado. Lo bueno es que solemos darnos cuenta de qué es lo bueno y qué es lo malo, pero...
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