(St. Lawrence Before Valerianus, Fra Angelico, ca. 1447)
There are all those scenes of pagan
administrators sitting before a wall
of patterned fabric stretched between
those pink, leafy pilasters of opulence
presiding judiciously over
the showing of the instruments;
those apparatuses, a tactic within a tactic,
usually lying on the pale ground
somewhere between the seat of authority
and the heretical stand;
solemn apparatuses of wood and iron,
a kind of static profanity
spilled out on the ground,
dark, symmetrical, opaque.
Never do the eyes of anyone
attendant ever seem to move
across them. No, not their eyes.
Only their willful tongues and ears
make clear what truly is at stake.
This is the dialogue of intentions,
the display:
on one hand, the pride of ingenuity
of the torture devised;
diffused, multiple, and polyvalent;
as if to say,
"We can tear you to shreds
in the blink of an eye;"
on the other hand, bloodless courage
of the accused whose instrument
in the investigation is the soul.
The gesture here is the juncture
between the judgment of men
and the judgment of God.
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EL DESPLIEGUE DE LOS INSTRUMENTOS
(San Lorenzo ante Valeriano, Fray Angélico, ca. 1447).
Hay todas esas escenas de administradores
paganos sentados a lo largo de un muro
con tapiz de intrincado dibujo extendido
sobre esas pilastras opulentas de rosadas hojas
presidiendo con rigor
el despliegue de los instrumentos;
esos aparatos, táctica dentro de la táctica,
normalmente extendidos sobre el suelo claro
en algún punto entre el puesto de la autoridad
y la tarima del hereje;
solemnes aparatos de madera y de hierro,
especie de blasfemia estática
derramada sobre el suelo,
oscura, simétrica y opaca.
Nunca parece cruzarse
la mirada de ningún asistente
con ellos. No, de nadie. Tan solo
la obcecación de sus lenguas y oídos
revela lo que en verdad está en juego.
Este es el diálogo de intenciones,
lo que se muestra:
por un lado, el orgullo del ingenio
de la tortura concebida;
difuso, múltiple y polivalente;
como diciendo:
"Podemos hacerte pedazos
en un abrir y cerrar de ojos";
por otro, el coraje exangüe
del acusado cuyo instrumento
a examen sometido es el alma.
Aquí el gesto es la ligazón
entre el juicio de los hombres
y el juicio de Dios.
Traducción de Natalia Carbajosa
Me encanta (aunque no es mucho) todo lo que leí de Hightower.
ResponderEliminar"...solemnes aparatos de madera y de hierro,
especie de blasfemia estática
derramada sobre el suelo,
oscura, simétrica y opaca..."
De ahí que cuando me puse a buscar sobre él me encontré con esto que seguramente ya conocen o puede ser de interés.
https://www.youtube.com/watch?v=y3JOVOLzUMk
De mucho interés.
ResponderEliminarSale Natalia Carbajosa, traductora de Hightower, y gran poeta andaluza de la que ya tengo preparado un post para dentro de cuatro días.
Gracias por el enlace.
Creo que ha entendido muy bien la pintura de Fra Angelico y además lo ha sabido reflejar.
ResponderEliminarSí, yo creo que sí.
ResponderEliminar"Aquí el gesto es la ligazón
entre el juicio de los hombres
y el juicio de Dios."
O el juicio de Dios como coartada del juicio de los hombres. O viceversa.
O...
ResponderEliminar"No sigáis siendo bestias disfrazadas
de ansias de Dios. Con ser hombres os basta"
(Blas de Otero)
Blas de Otero, qué injustamente medio olvidado.
ResponderEliminar"Con ser hombres os basta". ¿Pero de verdad nos basta? Parece que no. ¿Y entonces, adónde queremos ir?
Todos no, pero muchos a una ¿lesa humanidad?
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