¿Quién eres, Dulcinea, alta señora
del Caballero de Figura Triste?
Si la que vio el villano, Aldonza fuiste,
¿dónde estás tú, la que el hidalgo adora?
Ella
En otra parte. Cuando el cielo llora,
Iris de galas fúlgidas se viste;
fugaz prodigio, que inmortal existe;
cual Noé lo admiró, lo ves tú ahora.
Así una y varia soy; mi nombre, incierto;
quién Hebe me llamó; quién, Galatea,
estrella, hija del mar, flor del desierto.
Al que a solas conmigo fantasea,
vivo le inspiro y le corono muerto:
Aldonza barro fue; yo soy la Idea.
Si no es perfecto este soneto, le pega en el palo, dirían en la tribuna. No lo conocía. Tampoco al poeta. Y periodista? Y que fue presidente? Un capo. Cuándo tendremos por aquí alguien así tan evidentemente sensible?
ResponderEliminarOtros tiempos, Carlos. ¿Un presidente ilustrado? ¿Cuándo volveremos a ver eso?
ResponderEliminarGenial soneto: "Aldonza barro fue; yo soy la Idea". Cervantes era capaz de ver y transmitir esto que dice Miguel Antonio Caro.
Me ponen de rodillas estos versos:
ResponderEliminar"En otra parte. Cuando el cielo llora,
Iris de galas fúlgidas se viste;
fugaz prodigio, que inmortal existe;
cual Noé lo admiró, lo ves tú ahora..."
Genial descripción del arcoiris.
ResponderEliminarDeslumbrante.
ResponderEliminarTampoco lo conocía. Me maravillan las distintas formas de la poesía. Un Soneto dialogado? Me encandilan los siguientes versos:
ResponderEliminarAsí una y varia soy; mi nombre, incierto;
quién Hebe me llamó; quién, Galatea,
estrella, hija del mar, flor del desierto.
También me arrodillo, flor del desierto...
Sí, ese es un buen terceto.
ResponderEliminarY genial descripción de Dulcinea...
ResponderEliminarDe barro... y así poder moldearla a su Idea (o al Ideal de una Dama Ideal para un Caballero Andante)
Muy bien visto eso.
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