no está con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.
Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.
Mi corazón está con el que un día,
quitado el brillo breve, retirada la gracia que hasta allí
le alentó,
en bajamar hostil todo cuanto nos hace
dulce la realidad, leve la vida, adorable la luz,
sabe decir: "no importa".
Mi corazón está con el que entonces,
en el vaso que una mano de niebla le tiende entre la
sombra,
bebe hasta el fin, con lucidez,
sin amargura,
toda la hez del mundo.
Y luego, seriamente,
allá en lo alto,
mira, con ojo nuevo,
el cielo puro.
Carlos Bousoño
El poeta asturiano y miembro de la Real Academia Española Carlos Bousoño falleció el pasado sábado en Madrid a los 92 años. Descanse.
Bousoño, premio Príncipe de Asturias de las Letras 1995 y premio Nacional de Poesía 1990, era además de poeta, filólogo, escritor, ensayista, crítico literario, profesor universitario, teórico de la poesía...
Perteneciente a la generación de postguerra, su poesía tenía, sin embargo, más puntos de contacto con la poesía de la generación del 50, más existencialista y menos social que la de los poetas de su generación.
Su estudio Teoría de la expresión poética le hizo ganador en 1952 del premio Fastenrath, otorgado por la Real Academia Española. Con El símbolo (1976) obtuvo el premio Nacional de Literatura de Ensayo en 1978. En 1990, el Ministerio de Cultura le concedió el Nacional de Poesía por su obra Metáfora del Desafuero. Tres años después fue reconocido con el premio Nacional de las Letras Españolas, instituído también por el Ministerio de Cultura. En 1995 logró el Príncipe de Asturias de las Letras, al que había sido candidato y finalista los cuatro años anteriores. Bousoño fue además finalista en dos ocasiones del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana: en 1993 y en 1994. En 1998, 2000, 2001 y 2002 fue candidato al premio Cervantes, premio que nunca recibió. En agosto de 2001 el Principado de Asturias le concedió la Medalla de Oro, la más importante condecoración que concede el Gobierno asturiano.
Bousoño era depositario del archivo de su amigo Vicente Aleixandre, Nobel de Literatura 1982, desde la muerte de éste en 1984.
La elegancia de sonreír - ANTONIO LUCAS
La elegancia de sonreír - ANTONIO LUCAS
Qué recorrido tiene y, por supuesto para mí, un referente desconocido. Hondo poeta, "más para adentro que para lo social", con un ritmo muy propio, no fácil, "mal leído" dice Antonio Lucas en su maravilloso y agradecido texto. Lo dicho, España es un árbol que da poetas. Arranco de sus ramas otro y me lo llevo. Se agradece.
ResponderEliminarNo te arrenpentirás. Bousoño fue y es uno de los referentes de la poesía española de la última mitad del siglo XX. Lo tenemos un poco abandonado o "mal leído", como dice Lucas, que por cierto es otro poeta muy interesante, del que hay algo por aquí.
ResponderEliminarHabrá más poemas de Bousoño.
Coincido. También desconocido para mí.
ResponderEliminar...todo cuanto nos hace
dulce la realidad, leve la vida, adorable la luz...
Hermosos versos. Vicente Aleixandre me gusta mucho. Hay un poema de él que me cala muy hondo. Lo busco y se los paso vale?
Aquí va:
ResponderEliminarPerdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ella? Las palabras mueren.
Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora,
O cuando el día cumplido estira el rayo final,
Y da en tu rostro acaso.
Con un pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.
( Poemas de la consumación)
" La noche es larga, pero ya ha pasado". Con una amiga jugamos a elegir las " frases estrella" de las canciones. Esas partes que te gustan repetir con más fuerza, que sobresalen al resto. En poesía estos son mis " versos estrella". Y como decía Nietzche: " sin música la vida sería un error". Y sin poesía?
"...O cuando el día cumplido estira el rayo final,
ResponderEliminarY da en tu rostro acaso.
Con un pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.)
Im-pre-sio-nan-te, Agostina.
Tampoco puse nada de Aleixandre, habrá que arreglar eso algún día. Es que queda todo un mundo.
ResponderEliminarMiento, sí hay algo de Aleixandre, en un post dedicado a Pío Muriedas, pero es simplemente un poema dedicado al propio Muriedas.
ResponderEliminarPara que disfruten. Música y poesía de Nick Cave:
ResponderEliminarhttps://m.youtube.com/watch?v=2DsJLassyU4
También impresionante post el dedicado a Pío Muriedas, un grande, a juzgar por las glosas que le dedican los otros grandes que conviven allí junto a Aleixandre...
ResponderEliminarPero aclárame sólo algo, Juan, el párrafo "Era un auténtico placer oirle hablar de sus amigos poetas de la Generación del 27, aunque a algunos de ellos, por ejemplo a Rafael Alberti, los ponía como hoja de perejil, vaya a saber por qué..." para redondear mi comprensión.
Gracias, Agostina, uno de mis héroes. Un derroche de ternura y sensibilidad. Son lo mismo? Eso de pedirle al Dios en el que ella cree que no le toque un pelo a su amada es insuperable. Un par de versos que avergüenzan tratados y tratados sobre el amor, o no?
ResponderEliminarPío Muriedas era un personaje de los que ya no hay, si es que alguna vez los hubo. Amigo de todos los poetas del 27, que lo llamaban siempre para recitar sus poemas. Tuve la inmensa suerte de conocerlo y tratarlo, e insisto, era alguien muy especial. Lógicamente, cuando lo conocí, se habían muerto prácticamente todos sus amigos poetas, y de alguno de ellos no hablaba ni medio bien, en particular de Rafael Alberti. No lo decía muy claramente, y tampoco era cuestión de sonsacarle, pero, por lo que medio contaba, alguna gorda le hizo Rafael que no pudo perdonar. Y no puedo decir más, porque no sé más.
ResponderEliminarOlvidé decir: aguante Nick Cave!!!
ResponderEliminarAguante Nick Cave! Esa canción es pura poesía. Creer en el amor y en una especie de camino que podamos recorrer juntos...qué belleza!
ResponderEliminarSobre Alberti quisiera leer " La arboleda perdida". Ya el título es sugerente. En Filología me enseñaron a pensar acerca del título de una obra sin antes saber nada de ella y es muy interesante ya que el título encierra la esencia de esta. Lo leyeron? También me interesa Alberti ya que mi profesor García Montero era un especialista en él y su obra y siempre contaba cosas interesantes. Aparte por su exilio en Argentina.
Gracias, Juan, por la data.
ResponderEliminarNo lo leí, Agostina, pero lo encontré en este pdf. Me guardo para leerlo. Después comentanos si tenés ganas.
http://hermanotemblon.com/biblioteca/Literatura%20en%20General%20/Alberti,%20Rafael-La%20arboleda%20perdida.pdf
Además de gran poeta, me pasa con este poema que siento y pienso como él.
ResponderEliminarTe entiendo Marian. Carlos, me quedo con " La arboleda.." Después comentamos.
ResponderEliminarLa vida./ La vida hermosa que has vivido vale (...)/ Todo vale si gime./ Todo vale si duele/ y hay junto a tu carne un mundo de palabras". Bousoño.
ResponderEliminarSin palabras.
Casi es inevitable estar de acuerdo con este poema, Marian, tiene empatía, al menos con gente con sensibilidad.
ResponderEliminarEstos días estoy descubriendo poemas extraordinarios de Bousoño (tengo que confesar que hasta ahora lo leí muy poco), que irán saliendo.
Es mucho más que un poema, ¿verdad? Es una forma de vida, no solamente de ver la vida, sino de vivirla, también.
ResponderEliminarSí, así es. Es casi una hoja de ruta.
ResponderEliminarEmpecé "La arboleda perdida". Alberti habla de su madre y la imagino quedándose dormida...
ResponderEliminar"Lo bueno y bello de la fe religiosa de mi madre era la parte inocente, popular, de que estaba contaminada. Por eso hoy, en el recuerdo, no me hiere ni ofende, como sí la fea, rígida, sucia y desagradable beatería de otros miembros de mi familia. Como andaluza criada entre patios de cal y jardines, mi madre cultivaba las flores, sabía del injerto y la poda de los rosales, conocía las leyendas mil veces reinventadas de los narcisos, las pasionarias, las anémonas, las siemprevivas...; recordaba por centenares los nombres de las florecillas silvestres, que ella me enseñaba en la práctica cuando los domingos salíamos al campo: la flor del candil, los zapatitos de la Virgen, varitas de San José, rabos de zorra, la palabra del hombre...; le gustaba, durante las noches de agosto, adormecerse junto a los jazmineros y en compañía del canto de un mosquito, gusto éste para mí incomprensible, pero que he comprobado luego en otros andaluces. Era, por todo esto, una mujer rara y delicada, que tanto como a sus santos y sus vírgenes amaba las plantas y las fuentes, las canciones de Schubert, que tocaba al piano, las coplas y romances del sur, que a mí solo me trasmitía quizá por ser el único de la casa que le atrayeran sus cultos y aficiones".
La madre de Alberti era andaluza a más no poder. De las clásicas.
ResponderEliminarTotalmente. Pura andaluza.
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