Sin preguntar el nombre del pájaro y la planta,
Ni al capitán del buque, a dónde lleva agua.
Mirar al otro lado del que todos señalan,
Que es allí, dónde crece la rosa inesperada.
Hablar con el herrero, del caballo y la fragua,
Pero mirando al fuego, con atenta mirada;
Puede que en un silencio, veas la salamandra.
Crear el nombre hermoso de alguna imaginaria mujer,
Y luego a todos preguntarles con ansia:
Si no la han visto, acaso te lleven a su casa...
En la copa vacía beber con esperanza,
Tal vez una divina locura, de cristal guarda.
Sacar siempre a los ojos, el aire azul del alma,
Ver lo que nunca alcanza la mirada...
"Ver lo que nunca alcanza la mirada..." Conrado fue el que desde la clase de Lenguaje en primaria nos condujo a muchos a la lectura y a otros grandes escritores como él. Nada menos.
ResponderEliminarNo me digas que fue profesor tuyo... Un privilegio.
ResponderEliminarHay que andar por el mundo como si no importara...
Puede que en un silencio, veas la salamandra....
Sacar siempre a los ojos, el aire azul del alma,
Ver lo que nunca alcanza la mirada...
¡Vaya versos!
Gran guionista de cine, además, el hermano del alma de Arlt, culo y calzón, le decían y él, tímido incurable, se sonrojaba.
ResponderEliminarEs lo que tienen los tímidos incurables, pero al final, no nos olvidemos, son los que suelen hacer las cosas.
ResponderEliminarSí, señor, la timidez y su humildad suelen esconder coraje e indómita creatividad.
ResponderEliminarCual es el tema principal
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