Estos poemillas de autor desconocido y muy difícil datación enraizaron en el pueblo, que los hizo suyos cantándolos a lo largo de un tiempo indeterminado (años, décadas, tal vez siglos en algún caso), hasta que por su éxito fueron recogidos en cancioneros musicales durante el siglo XVI. Suelen ser zéjeles o villancicos surgidos de un núcleo inicial (la cabeza) que da pie a una secuencia de versos de arte menor que suele repetirse (estribillo). Su estilo se caracteriza por los recursos de repetición, principalmente anáforas y paralelismos, y por un lenguaje arcaizante y simbólico. El tema dominante es el mal de amor, casi siempre de una joven burlada o abandonada.
I
Gentil caballero,
dédesme hora un beso,
siquiera por el daño
que me habéis fecho.
Venía el caballero,
venía de Sevilla,
en huerta de monjas
limones cogía, y la prioresa
prendas le pedía:
siquiera por el daño
que me habéis fecho.
II
Quiero dormir y no puedo,
que el amor me quita el sueño.
Manda pregonar el rey
por Granada y por Sevilla
que todo hombre enamorado
que se case con su amiga:
que el amor me quita el sueño.
Que se case con su amiga.
¿Qué haré, triste, cuitado,
que era casada la mía?
Que el amor me quita el sueño.
Quiero dormir y no puedo,
que el amor me quita el sueño.
III
De velar1 viene la niña,
de velar venía.
-Digasme tú, el ermitaño,
así Dios te dé alegría
si has visto por aquí pasar
las cosas que yo más quería.
De velar venía.
-Por mi fe, buen caballero,
la verdad yo te diría:
yo la vi por aquí pasar
tres horas antes del día.
De velar venía.
Lloraba de los sus ojos,
de la su boca decía:
-Mal haya el enamorado
que su fe no mantenía.
De velar venía.
Y maldito sea aquel hombre
que su palabra rompía,
más que más con las mujeres
a quien más se le debía.
De velar venía.
-Mas maldita sea la hembra
que de los hombres se fía,
porque aquella es engañada
la que en palabras confía.
De velar venía.
Introducción y nota de David López del Castillo
1 Pasar la noche en vela. En este contexto tiene connotaciones eróticas.
Con esta entrada, con esos sones sí que siento que vengo de allí. Más que un registro de lo que veían y contaban esos poetas y trovadores es un registro de lo que vendría porque a uno le queda claro que viene de allí. No son exactamente postales del tiempo aquel. Creo que se entiende, no?
ResponderEliminarSuena lorquiano. Igual es una burrada lo que he dicho.
ResponderEliminarSe entiende perfectamente, Carlos. Es que los españoles no sólo nos topamos con América, sino que llevamos nuestras costumbres y nuestra cultura allá, y, muy importante, nos mezclamos, cosa que no hicieron los ingleses, por ejemplo. El mestizaje español. No somos tan malos.
ResponderEliminarNo es ninguna burrada, Sir Gato, Lorca conocía como nadie, y se ve y se nota en sus poemas, la lírica popular y tradicional española.
ResponderEliminarMí gustar mucho estas entradillas. Pueblo seguir igual.
ResponderEliminarMe alegro de que gusten.
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