Las calles de la ciudad son láminas de hielo.
Las ramas de los árboles están envueltas en fundas de hielo.
Las estrellas tan altas son destellos de hielo.
Helado está también mi corazón,
Pero no fue en invierno.
Mi amiga,
Mi dulce amiga,
Aquella que me amaba,
Me dice que ha dejado de quererme.
No recuerdo un invierno tan frío como este.
Qué quejicas son estos poetas:) Hasta nuestro Ángel, pero se queja tan bien.
ResponderEliminarSe queja, pero de reojo nomás...
ResponderEliminarExtraordinario poeta, el otro día me comentaba el crepuscular este poema.
ResponderEliminarSe queja bien, aunque de reojo. Sois geniales.
ResponderEliminarSe lo comentaba al Gato para relacionarlo en algún aspecto con un poema-canción que compuso el otro día y que no sé si se atreverá a sacar a la palestra. Yo lo haría.
Ya lo estoy esperando...
ResponderEliminarComo dirían por estos pagos, "Poetico"
ResponderEliminarQue traducido al capurrianu sería: pobrezucu.
ResponderEliminarPobre guaje, que diría él mismo.
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