La casa bulliciosa
olvidará tu paso al poco de irte
como se olvida un sueño desabrido.
No te valdrá el amor ni la paciente
entrega a su cuidado.
Márchate silenciosa,
suavemente.
Entre sus moradores, alguien crece
para quien defendiste la techumbre,
los muros y los altos ventanales
donde la luz cernida comparece
cada nueva mañana.
Es la costumbre:
Permanecer no entraba en el contrato
y es preciso partir
(de todos modos,
no pensabas quedarte mucho rato).
De Diario de un poeta recién cansado
Me gusta este tipo.
ResponderEliminarHabrá que leer algo más de él.
ResponderEliminarMuy bueno. "Un poeta recién cansado?" Mejor aún.
ResponderEliminarParafraseando a Juan Ramón Jiménez, que tiene un libro que se titula "Diario de un poeta recién casado", si no recuerdo mal.
ResponderEliminarAún mejor.
ResponderEliminarMe gusta el poema, especialmente: "Márchate silenciosa, suavemente."
ResponderEliminarMe gusta la última estrofa.
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