No s'acaben amb mi la cadena i el temps.
Uns dits purs alçaran el benigne
silenci de Déu,
cada dia i per sempre, damunt el meu crit:
el silencie em dóna l'antic nom de fill.
Mira com lluitaven pel cantó de lést
folls reis que volien corones de neu.
Aquesta feixuga raó ponderal
els guerrers monarques no suportaran.
No t'ha de commoure, recte pensament,
que vegis més clares o fosques les pells.
I et diré que els negres són germans del blanc,
perquè, quan els pengis, sàpigues plorar.
Si les barques no surten a mar,
pescador, boca closa,
si la vela no guanya la mar,
la suor de l'home de què menjarà?
Ara els camps són erms,
i anirem a la terra d'Egipte,
on el blat ja creix.
Tots els pous són secs,
i anirem fins a l'aigua tan ampla,
a calmar la set.
A la naixença del riu,
alt arquer solitari,
des de l'origen de l'arbre i del riu,
dispara'm sageta cap al ben morir.
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Espiritual, con la trompeta de Louis Armstrong
No se acaban conmigo ni cadena ni tiempo.
Dedos impuros alzarán el benigno
silencio de Dios,
cada día y por siempre, encima de mi grito:
el silencio me otorga antiguo nombre de hijo.
Mira cómo luchaban por el lado del este
locos reyes buscando coronas de nieve.
Los reyes guerreros no soportarán
esta tan pesada razón ponderal.
No ha de conmoverte, recto pensar,
que veas más claras u oscuras las pieles.
Te diré que los negros son hermanos del blanco,
para que, cuando los cuelgues, sepas llorar.
Si las barcas no se hacen a la mar,
pescador, boca cerrada,
si la vela no gana la mar,
el sudor del hombre, ¿de qué comerá?
Están yermos ahora los campos,
e iremos a la tierra de Egipto,
donde el trigo ya crece.
Secos están los pozos,
e iremos al agua tan ancha,
a calmar la sed.
En donde nace el río,
alto arquero solitario,
desde el origen del río y el árbol,
dispárame saeta hacia el bien morir.
Versión de Andrés Sánchez Robayna y Ramón Pinyol Balasch
Espriu ha sido un grande. Para muestra este botón...
ResponderEliminarUn gran poeta. Hay un par de entradas más de Espriu en el blog.
ResponderEliminarCon Louis y Cía se pone el vello de...
ResponderEliminarY esa trompeta que llega hasta el mismísimo tuétano.
Qué mala costumbre es esa de pretender (y conseguir) someter o esclavizar a la gente.
ResponderEliminarUna costumbre de siglos... de milenios... algo grabado a fuego en el ADN de la especie humana.
ResponderEliminarLa trompeta de Louis que llega hasta el tuétano. Sí.
ResponderEliminarQué bien suena el Espriu cuando se lo lee...
ResponderEliminarDesde luego.
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