Cuando la estirpe humana al fin se acabe,
Todo lo que ha creado
Comenzará a agitarse,
A ser de nuevo,
A comportarse libremente
—Como
Los niños que se quedan
Solos en casa
Cuando sus padres salen por la noche.
Héctor conseguirá humillar a Aquiles,
Luzbel volverá a ser lo que era antes,
Fornicará Susana con los viejos,
Avanzará un gran monte hacia Mahoma.
Cuando el hombre se acabe
—Cualquier día—,
Un crepitar de polvo y de papeles
Proclamará al silencio
La frágil realidad de sus mentiras.
Parece simple, como dicho al pasar.
ResponderEliminarTú lo has dicho, parece, pero...
ResponderEliminarHondísimo escribe el hombre.
ResponderEliminarY hondísimo pintaba Dalí.
ResponderEliminarTe ha quedado niquelado el post.
ResponderEliminarCon estos blogueros da gusto.
ResponderEliminarPues yo no voy a ser menos, pero porque es cierto, eh.
ResponderEliminarEl final es apoteósico (además de apocalíptico).
Sí, un final, además de apocalíptico... muy final y sin remedio.
ResponderEliminarSólo que el hombre no se acabará cualquier día, estoy seguro, y mira que lo intenta...
La historia de la humanidad está escrita con todas las mentiras que pudimos imaginar, cuando se extinga el genero humano, el silencio será la única verdad.
ResponderEliminarO es eso, o yo no he entendido el poema.
Yo creo que lo has entendido perfectamente, sólo que no veo a la humanidad extinguiéndose tan fácil. Hombre, evidentemente todo se extinguirá algún día, pero eso no lo vamos a ver.
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