... En algún momento de la edad adulta, la mayoría de la gente cae en la cuenta de que un siglo no es más que el doble de sus años. A partir de este pensamiento, toda la historia se precipita junta y a partir de este momento viven ya dentro de la historia del tiempo, en vez de mirarla desde fuera, como observadores. Sólo hace diez o doce veces su vida, Shakespeare estaba vivo. La Revolución francesa fue el otro día. Hace cien años, no mucho más, fue la Guerra Civil norteamericana. Antes parecía como algo de otra época, casi de otra dimensión del tiempo o del espacio. Pero una vez has dicho: Cien años es dos veces mi edad, te sientes como si hubieras estado en aquellos campos de batalla, o curando a aquellos soldados. Con Walt Whitman, quizás.
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…Una manera de considerar los dos últimos siglos y medio es como un laboratorio del cambio social. Mas para aprender de ellos necesitamos una cierta perspectiva, un desapego; y es precisamente este desapego el que hace posible, en mi opinión, dar un paso adelante en la conciencia social. Cuando estamos en plena exaltación, en pleno entusiasmo partidista nunca aprendemos nada acerca de nada. A mi parecer, a los niños se les debe enseñar la historia no como habitualmente se hace hoy, o sea, como el registro de acontecimientos ocurridos hace mucho tiempo que debemos conocer por alguna razón u otra, sino como una disciplina de la que podamos aprender no sólo lo que ocurrió, sino lo que puede volver a ocurrir, lo que muy probablemente ocurrirá de nuevo. La literatura y la historia, estas dos ramas del conocimiento humano, constancias de la conducta humana, del pensamiento humano, son apreciadas cada vez menos por los jóvenes, y también por los educadores. Sin embargo, de ellas podemos aprender cómo ser ciudadanos y seres humanos; podemos aprender cómo contemplarnos a nosotros mismos y a la sociedad en que vivimos, de ese modo apacible, frío, crítico y escéptico que es la única actitud posible para un ser humano civilizado (o al menos eso han dicho todos los filósofos y los sabios). Pero todas las presiones van en dirección contraria, hacia aprender sólo lo que tiene utilidad inmediata, lo que es funcional. Cada vez más se pide que las personas sean educadas para actuar en una etapa casi seguramente temporal de la tecnología, que sean educados para el corto plazo. Una vez más debemos considerar la palabra útil. A largo plazo lo que es útil es lo que sobrevive, lo que revive, lo que vuelve a la vida en diferentes contextos. Puede parecer hoy que las personas aleccionadas para emplear con eficiencia las últimas tecnologías son la élite del mundo; pero a largo plazo creo que las personas preparadas para tener, asimismo, ese punto de vista que solía llamarse humanista –punto de vista a largo plazo, general, contemplativo- serán las que ejerzan mayor influencia. Simplemente porque comprenden más de lo que está ocurriendo en el mundo. No es que menosprecie a los nuevos técnicos –todo lo contrario-, pero lo que conocen es, por definición, una necesidad temporal.
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Fragmento del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2007, titulado "Sobre no ganar el Premio Nobel"
Con frecuencia se les pregunta a los escritores ¿cómo escribes? ¿usando procesador de palabras? ¿con una máquina de escribir eléctrica? ¿una pluma? ¿caligrafía? Pero la pregunta esencial es: “¿has encontrado un espacio, ese espacio vacío, que debe rodearte cuando escribes?” Dentro de ese espacio, que es como una forma de escucha, de atención, vendrán las palabras, las palabras que tus personajes hablarán, ideas-inspiración.
Si un escritor no puede encontrar este espacio, los poemas y las historias pueden nacer muertos.
Doris Lessing
La escritora británica Doris Lessing, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2001, Premio Nobel de Literatura 2007, falleció ayer en Londres a los 94 años. Descanse.
¡Qué señora!
ResponderEliminarLa verdad es que no he leído nada de ella.
ResponderEliminar"El cuaderno dorado" pasa por ser una de las "Biblias" del feminismo. Creo que leeré otra cosa, tiene muchos libros, incluso poemas, de los que no he encontrado ninguno.
Yo tampoco, pero alguien que rechaza el nombramiento de Lady al Imperio británico, cuenta con todas mis simpatías. Y del austrohúngaro también.
ResponderEliminarEso sí.
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