¡hola!, que me lleva la mar.
¡Hola, que llevarme dejo
sin orden y sin consejo,
y que del cielo me alejo,
donde no puedo llegar.
¡Hola!, que me lleva la ola;
¡hola!, que me lleva la mar.
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Río de Sevilla,
¡cuán bien pareces
con galeras blancas
y ramos verdes!
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Que de noche le mataron
al caballero,
la gala de Medina,
la flor de Olmedo.
Sombras le avisaron
que no saliese, y le aconsejaron
que no se fuese
el caballero,
la gala de Medina,
la flor de Olmedo.
Lope, gran conocedor de la lírica tradicional, revivió en sus obras muchas cancioncillas anónimas; algunas de ellas (y especialmente las seguidillas, que ayudaron a poner de moda el estilo popularizante entre los poetas de entonces) han permanecido hasta hoy en la memoria de muchos creadores de primera magnitud. FRANCISCO RICO
mírale a Lope! ni que hubiera copiado a Alberti, oye
ResponderEliminarO a Lorca.
ResponderEliminarO a la "viceversa". Ya lo dice Francisco Rico, que de esto sabe algo.
ResponderEliminarYo he visto la película, jejeje.
ResponderEliminarSi hombre, Lope, la película, además es lo que se dice cuando te hablan de libros: "Yo espero a que hagan la película"
ResponderEliminarAh! No he visto la película, igual hay que verla.
ResponderEliminar¿También ha rodado una película Lope?, pero ¿de dónde saca tiempo este hombre?. No se le puede pedir más.
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