Oferta
O que tenho para te dar? Uma gramática de sentimentos,
verbos sem o complemento de uma vida, os substantivos
mais pobres de um vocabulário íntimo -o amor, o desejo,
a ausência. Que frase construiremos com tão pouco? A
que léxico da paciência iremos roubar o que nos falta?
Então, ofereço-te uma outra casa. As paredes têm a
consistência do verso; o tecto, o peso de uma estrofe.
Abro-te as suas portas; e o sol entra pela janela de
uma sílaba, com o seu fogo vocálico, como se uma
palavra pudesse aquecer o frio que te envolve.
E pergunto-te: que outras palavras queres? A música
sonora de um ócio? O espesso manto com que o veludo
se escreve? O fundo luminoso do azul? Poderia dar-te
todas as palavras na caixa do poema; ou emprestar-te
o canto efémero em que se escondem do mundo.
Mas não é isso que me pedes. E a vida que pulsa
por entre advérbios e adjectivos esfuma-se depressa,
quando procuramos seguir a linha do verso. O que fica?,
perguntas-me. Um encontro no canto da memória. Risos,
lágrimas, o terno murmúrio da noite. Nada, e tudo.
Ofrenda
¿Qué tengo para darte? Una gramática de sentimientos,
verbos sin el complemento de una vida, los sustantivos
más pobres de un vocabulario íntimo -el amor, el deseo,
la ausencia. ¿Qué frase construiremos con tan poco? ¿A
qué léxico de la paciencia le robaremos lo que nos falta?
Entonces te ofrezco otra casa. Las paredes tienen la
consistencia del verso; el techo, el peso de una estrofa.
Te abro sus puertas; y el sol entra por la ventana de
una sílaba, con su fuego vocálico, como si una
palabra pudiese mitigar el frío que te envuelve.
Y te pregunto: ¿qué otras palabras quieres? ¿La música
sonora de un ocio? ¿El espeso manto con que se escribe
el terciopelo? ¿El fondo luminoso del azul? Podría darte
todas las palabras en la caja del poema; o prestarte
el canto efímero en el que se esconden del mundo.
Pero no es eso lo que me pides. Y la vida que pulsa
entre adverbios y adjetivos se esfuma deprisa
cuando intentamos seguir la línea del verso. ¿Qué queda?,
me preguntas. Un encuentro en el rincón de la memoria. Risas,
lágrimas, el tierno murmullo de la noche. Nada, y todo.
Traducción de Mario Merlino
Nuno Júdice
El escritor y poeta portugués Nuno Júdice acaba de obtener estos días el XXII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. El galardón, instituido en 1992, se concede por el conjunto de la obra poética de un autor vivo del ámbito iberoamericano, y en la lista de premiados hay poetas de la talla de Claudio Rodríguez, José Hierro, Ángel González, Álvaro Mutis, Maro Benedetti, Pere Ginferrer, Nicanor Parra, Juan Gelman, Antonio Gamoneda, José Manuel Caballero Bonald...
El jurado estuvo compuesto en esta ocasión por José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, Presidente de Patrimonio Nacional, Daniel Hernández Ruipérez, Rector de la Universidad de Salamanca, Luis María Ansón, de la Real Academia de la Lengua, Ernesto Cardenal Martínez, poeta galardonado en la edición anterior, Ana Santos Aramburo, Pilar Martín-Laborda y Bergasa, José Miguel Santiago Castelo, José Manuel Mendes, Luis Antonio de Villena, Jaime Siles, José Manuel Caballero Bonald, Soledad Puértolas Villanueva, Francisca Noguerol Jiménez, Antonio Sánchez Zamarreño, Noni Benegas, Jeanette Lozano Clariond, Anunciada Fernández de Córdoba y Alonso-Viguera, y como secretaria del premio Esther Martínez Quinteiro.
Todo un descubrimiento, me gusta el poeta y me gusta el pintor.
ResponderEliminarComo siempre, un placer.
Todo un descubrimiento para mí también. Del poeta, que al pintor ya lo conocía: el pintor más internacional de Cuba.
ResponderEliminarPerdón, de Portugal. Estaba en otras cosas.
ResponderEliminarPensando en reunirte con Willy.
ResponderEliminarXactamente.
ResponderEliminarSiento no ser original, pero para mí también ha sido un descubrimiento de los de agradecer.
ResponderEliminarPo, mira, coincidimos todos (y todas).
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