Mecha quemándose
Suite
IV
MUNDO
Dios hizo el agua
El Diablo la echó en el vino
Dios hizo la ventana
abierta para el hombre
interior
El Diablo la puerta
cerrada para el de afuera
Dios hizo el pan
El Diablo su precio
Dios hizo las mejores
palabras ocultas
El Diablo las que sobran
Dios nos hizo juntos
El Diablo nos falsificó
separados
Dios te hizo una
El Diablo otra
Yo te esperaba
Pasaste sin mirarme.
Te escribí entonces un epigrama
como una ortiga.
Pero ¡ay!, tú no lo leerás,
Tú nunca lees versos, mi niña!
Es que el Ying no es nada sin el Yang.
ResponderEliminarMuy bueno ese "Mundo".
Me parece que Carlos lo entendió al reves, o soy yo, que lo veo al reves.
ResponderEliminarAdemás, las niñas siempre leen versos.
Por una vez, y sin que sirve de precedente, estoy de acuerdo con Finchu. Soy partidario de que las cosas buenas las hizo más bien el diablo, las religiones tratan desesperadamente de impedir su gozo y disfrute...
ResponderEliminarMe parece que no lo habéis leído detenidamente.
ResponderEliminarTiene razón Juan. No lo habeis leido, o... habeis perdido el juicio!
ResponderEliminarVamos a ver, poesía es poesía, el poeta hizo estos versos de gran belleza, el bien y el mal los simplifica en Dios y Demonio, la imagen que él veía en ella se transformó en la realidad y ahora parece otra, transformada, que pasa sin mirarle. Él le escribe, quizá en la pared, una breve composición para herirla, pero ella nunca lee esos versos.
ResponderEliminarCreo que entiendo la intención.
Creo que está muy bien.
Sólo que yo hubiera utilizado otras figuras, porque en mi modesta opinión, las diferentes creencias, muchas veces del mismo Dios, son las que cierran las puertas, los malditos, los herejes, habrieron ventanas a la ciencia que dieron luz a la humanidad, y muchos acabaron en la hoguera.