A José Navarro Pardo
Las piquetas de los galloscavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, carne y ropa.
¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!
Los dibujos de Lorca tienen el defecto, cada día más irresistible, de una extrema exquisitez. Salvador Dalí.
Lorca, cuando cogía unos lapicillos de colores o la misma pluma con la que escribía sus poemas, seguía teniendo una frescura de fontana, una gracia como de juego en la calle, de sonrisa de patio, de gallo de veleta, de todo aquello que había visto u oído, no sabía cuándo, con los ojos de su niñez granadina. Rafael Alberti.
En este poeta, la poesía es su compañera oficial, inseparable y fiel. Pero la pintura es la secreta amante, por la que fatalmente se siente atraído. Arriesgando su reputación de poeta puro, se revela en sus versos como excelente pintor. Gregorio Prieto.
Fito Páez musicó Romance de la pena negra en 2005, pero corramos sobre este punto un piadoso y caritativo velo.
¡Puro flamenco, puro cante jondo!
ResponderEliminarSí, y la música de Fito Páez es lo menos parecido al jondo que te puedes encontrar, no destrozó el poema porque destrozar un poema de Lorca es casi imposible, pero lo intentó, y entre él y Ana Belén casi lo consiguen.
ResponderEliminarCon la ayuda de Ana Belén seguro que lo lograron...
ResponderEliminarQué gran poeta es Lorca y qué mente maravillosa tenía.
ResponderEliminarPues la de Fito no la conozco, pero la de Ana Belén sí, y me gusta.
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