Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega al puente
se detiene y canta.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
...
De Bodas de sangre
Gualberto García Pérez: sitar
Música: Ricardo Pachón
A la memoria de Camarón, de cuyo fallecimiento se cumplen hoy veinte años.
Ya me susponía que ibas a elegir éste poema....una obra maestra.
ResponderEliminarHabrá alguno más de "La leyenda del tiempo".
ResponderEliminarQué grandeza es la que hace posible que este hombre gustara a todos, roqueros, jazzeros, folkeros o populeros.
ResponderEliminarHasta a los flamencos gustaba tú.
Aunque al principio los puristas se rasgaron las vestiduras, pero tuvieron que dar su brazo a torcer con el tiempo.
ResponderEliminarQué grandes.
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