miércoles, 21 de abril de 2010

El interrogador - Julio Cortázar - Argentina / Elogio de las bestias - Félix Grande - España

El mitológico ave de rapiña RocNo pregunto por las glorias ni las nieves,
quiero saber dónde se van juntando
las golondrinas muertas,
adónde van las cajas de fósforos usadas.
Por grande que sea el mundo
hay los recortes de uñas, las pelusas,
los sobres fatigados, las pestañas que caen.
¿Adonde van las nieblas, la borra del café,
los almanaques de otro tiempo?
Pregunto por la nada que nos mueve;
en esos cementerios conjeturo que crece
poco a poco el miedo,
y que allí empolla el Roc.


¿Sabías que hay bestias mansas y leales
que cuando pierden su pareja
husmean el viento con hocico furioso
atacan braman reflexionan
se niegan a comer y giran y enloquecen?

Estos días Félix Grande, gran amigo de Julio Cortázar, publica en la Revista Atlántica de la Diputación de Cádiz treinta de las cartas que le envió el autor de Rayuela a raíz de la muerte de Carol Dunlop, última compañera sentimental del escritor argentino.
"No las he publicado antes por pudor. Me parecía presuntuoso presumir de la amistad de Cortázar", dice Félix Grande. "No he conocido a nadie tan feliz como Julio Cortázar tras conocer a Carol. Era una chiquilla con una inocencia y una dulzura encantadora. Se hizo muy amiga de mi mujer, Paquita, y consiguió que Julio rejuveneciera. Tras su muerte se fue apagando poco a poco".
En las cartas hay pasajes en los que Julio Cortázar habla de política, pero siempre de una forma superficial. "No hablábamos de lo que podía separarnos. Cuando escribí aquel artículo (en el diario El Socialista de Madrid) mostrando mi inquietud por las características que estaba tomando el Gobierno de Ortega, después de que algún que otro disparo estuviera dirigido contra aquel periódico, él me escribió aquellas palabras en las que no me reñía, sino que me quería enseñar el mundo que él veía", aclara Grande.

De quien más habla Julio es de Carol y de su propia e incipiente enfermedad, una leucemia que acabó con su vida:
"A esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella, que seguirá junto a mí en todos los viajes que me toque hacer, llegaremos un día los dos, seremos siempre los dos como tú nos ves en esas páginas que me destrozan..."
"Ahora es el hueco, es un París zombie, no puedo escribir ni vivir mientras veo cómo nacen estas palabras y corre la tarde. Sé que ustedes dos lo saben y lo comprenden, que no necesito agregar nada, que los quiero tanto...".
"Sigo bastante enfermo. No pude ir con Tomás Borge a Barcelona y Madrid, y no sabes cuánto lo lamento. Pero creo que estaré mejor en unas semanas. Besos a Paquita y a Lupe, y el abrazo de siempre de tu Julio".
Estas fueron las últimas palabras de Cortázar para Félix Grande, el 19 de abril de 1983. Quince años antes, cuando aún no se conocían personalmente, le había enviado este mensaje: "Gracias por escribir una poesía como la suya en España". Acabaron conociéndose en un congreso en La Habana. "Nos encantaba la música. Yo tocaba la guitarra y a él le interesó el flamenco. Nos juntábamos con gente que por aquel entonces tenía unos 20 años, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Nos hicimos muy amigos y ya siempre que viajaba a Madrid se quedaba en casa. Cenábamos hasta tarde y después nos gustaba ir a tomar unas copas al Whisky Jazz hasta que lo cerraban a las seis de la mañana. Después se empeñaba en pasear, que era algo que me agotaba a esas horas aunque yo era mucho más joven que él. Le gustaba dar paseos por la Castellana".
(Información extraída del diario El País)

1 comentario:

  1. Es preciosa esta entrada, Juan.

    Y suena aún más especial acompañada por la música de Savall.

    Gracias.

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