La jubilación, dice un amigo de don Eloy, es como la hoja roja del librillo de papel de fumar, que te avisa de que estás llegando al final, en este caso al final de la vida. El viejo Eloy se jubila y cierra así la última vía de escape a su gris existencia. Don Eloy es viudo, y vive en un pisito humilde con la única compañía de la Desi, la criada, una muchacha de pueblo a la que la ciudad todavía le viene grande, aunque pone todo de su parte para aprender de sus amigas, otras chicas de servicio, y adquirir ese aire de ser "de la capital" que envidia y desea para ella. Don Eloy está muy solo. Su hijo, notario en Madrid, le mantiene permanantemente apartado de su vida; el abuelo no tiene sitio en la alta sociedad que frecuenta con su elegante mujer. Su amigo Isaías es el único superviviente de su pandilla de juventud, y con él recuerda una y otra vez el pasado, contradiciéndose ambos a veces hasta la exasperación. La sociedad fotográfica, a la que ha pertenecido y en la que tan buenos ratos ha pasado, también corre con los tiempos modernos dejándole atrás....En cuanto a la Desi, su vida gira en torno a su novio del pueblo, el Picaza, muchacho turbio donde los haya, famoso por sus prontos, que ha venido a hacer la mili y que con sus andares chuecos y su mirada torva, la tiene trastornada de pasión...
Un escritor descomunal. Sin salir de Valladolid llegó al último rincón del mundo". (Mario Camus)
Pertenece a ese linaje de escritores que mejor definen la fusión del talento y la honradez. Sus novelas enlazan con la gran tradición realista sin dejar por ello de indagar en nuevas fórmulas. Es uno de los escritores españoles que con mejor pulso nos han contado la realidad de Castilla en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en sus aspectos más sombríos y desolados. (José Manuel Caballero Bonald)
Era uno de los últimos grandes clásicos todavía vivos y ahora sólo nos queda Juan Marsé como escritor de esa envergadura. En autores como Delibes hablar de una sola obra es absurdo, los lectores deben juzgarlo por el conjunto de su trabajo, acumulado por la sedimentación del tiempo y los libros. Es su obra total la que permanece. (Arturo Pérez-Reverte)
Estaba ensimismado y solito, le estuve observando y pensé en acercarme y decirle que le admiraba y que había leído sus libros, pero entonces -y ahora- era muy tímido y no me atreví. (Juan Marsé, que encontró a Delibes en los años sesenta sentado en un café del boulevard Saint Germain de París)
Uno de los últimos clásicos de la literatura española, con una obra enorme y variada, basada en su pensamiento de vida y en su filosofía de existencia, en los que paisajes y personas conformaban su fuerte. Me fascinó de modo especial uno de los libros más bonitos de la Historia de la Literatura universal, y de los más intensos como es el mundo de El Camino. (Luis Mateo Díez)
Delibes trata la crueldad como categoría estética, con el objeto de hacer partícipe al lector del sufrimiento del personaje. (Francisco Umbral en 1993)
"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales." Miguel Delibes
Carta enviada por Miguel Delibes a la alcaldesa de Molledo (Valle de Iguña) para agradecer su propuesta de nombramiento de Hijo Adoptivo
Para mí Molledo ha sido desde niño pueblo de culto y refugio seguro. Amo a Molledo y a Molledo acudí cuando por alguna razón me vi obligado a salir de la vieja Castilla. En Molledo nació y murió mi padre (en el mismo día, 6 de agosto, con 80 años de diferencia), está enterrado mi hermano José Ramón y ha encontrado siempre un paño de lágrimas la familia Delibes. Viví en él mi infancia y cuatro o cinco veranos de mi adolescencia. Fui feliz siempre. Me entusiasmaba el paisaje, la vida del valle de Iguña de la que me sentía parte. En mi novela "El camino" quedó inmortalizado y hoy lo conocen en las cinco partes del mundo. A lo largo de mi vida, hasta que enfermé, no dejaba pasar un solo año sin recalar unos días por allí. En fin ¿qué más podría decir que demuestre mi amor por su pueblo? De ahí mi alegría y mi esperanza.
Saludos a todos los convecinos y un abrazo global para todo el término.
El abuelo de Miguel Delibes, Frédéric Delibes, francés, fue contratado por el ingeniero inglés William Atkinson para los trabajos del trazado de la línea de ferrocarril Santander-Alar del Rey en su calidad de carpintero especializado y casó con una paisana de Molledo.
Cuando, hace poco, le entregaron la medalla de oro de las comunidades de Castilla-León y Cantabria dijo: "Demasiado metal para mí". Nunca una frase definió mejor su sencillez y humildad.
ResponderEliminarBesucos.
El dijo de si mismo: En mi caso se consumió antes el escritor que el hombre.
ResponderEliminarDelibes nunca morirá porque su obra le ha imortalizado, para gozo y disfrute de todos los amantes de la literatura, escrita con mayúsculas
Un abrazo