Jarcha de la Moaxaja nº 8
No me toques, oh amigo mío
quedáos quieto ahí
- La Majestad es toda indulgencia
baste el permiso.
No me muerdas, amigo! ¡No,
no quiero al que hace daño!
El corpiño es frágil. ¡Basta!
A todo me niego.
quedáos quieto ahí
- La Majestad es toda indulgencia
baste el permiso.
No me muerdas, amigo! ¡No,
no quiero al que hace daño!
El corpiño es frágil. ¡Basta!
A todo me niego.
Yehudah Ha-Levi
D'ror Yiqra
Proclamará la libertad para todos sus hijos,
y os mantendrá como la manzana de su ojo,
su nombre es agradable y no será destruido;
descansad y relajaos en Shabbat.
Busca un santuario y mi casa,
dame una señal de la libertad,
planta una parra en mi viña, cuida a mi pueblo,
escucha sus lamentos.
Pisa por encima de mi prensa de vino en Bozrakh,
y en la gran ciudad de Babilonia,
aplasta a mis enemigos con ira,
en el día en que grito -oye mi voz-.
Planta mi señor en el desierto de la sierra
pinos, acacias, mirtos y olivos.
A los que enseñan y a los que obedecen,
dales paz abundante, como la corriente del río.
Rebate a mis enemigos, coloso Señor,
llena sus corazones con miedo y con desesperanza,
entonces abriremos las bocas
y llenaremos nuestras lenguas con sus alabanzas.
Conoced la sabiduría que vive en tu alma,
será una corona para vuestra frente,
guardad el mandamiento del Sagrado,
para vuestro Shabbat sagrado.
D'ror Yiqra
Proclamará la libertad para todos sus hijos,
y os mantendrá como la manzana de su ojo,
su nombre es agradable y no será destruido;
descansad y relajaos en Shabbat.
Busca un santuario y mi casa,
dame una señal de la libertad,
planta una parra en mi viña, cuida a mi pueblo,
escucha sus lamentos.
Pisa por encima de mi prensa de vino en Bozrakh,
y en la gran ciudad de Babilonia,
aplasta a mis enemigos con ira,
en el día en que grito -oye mi voz-.
Planta mi señor en el desierto de la sierra
pinos, acacias, mirtos y olivos.
A los que enseñan y a los que obedecen,
dales paz abundante, como la corriente del río.
Rebate a mis enemigos, coloso Señor,
llena sus corazones con miedo y con desesperanza,
entonces abriremos las bocas
y llenaremos nuestras lenguas con sus alabanzas.
Conoced la sabiduría que vive en tu alma,
será una corona para vuestra frente,
guardad el mandamiento del Sagrado,
para vuestro Shabbat sagrado.
Se me van los pies.
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