y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.
Blanca Varela, poetisa peruana fallecida en Marzo de este año, premio Octavio Paz en 2001, premio Federico García Lorca en 2006, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007, nunca se prodigó mucho: su poesía completa a duras penas sobrepasa las 200 páginas. La podemos encontrar en Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, bajo el título de "Donde todo termina abre las alas", con prólogo de Adolfo Castañón y epílogo de Antonio Gamoneda: "No hay nacimiento ni tumba, tú lo has dicho; no hay causa ni lugar; una locura fría es nuestro único habitante".
"Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo", dijo de ella Octavio Paz.
En los versos finales de su poema Palabras para un canto puede leerse:
Yace aquí,
entre tumbas sin nombre,
escrito en el harapo deslumbrante,
roja estrella en el fondo del cántaro.
Por el mismo camino del árbol y la nube,
ambulando en el círculo roído por la luz y el tiempo.
¿De qué perdida claridad venimos?.
Hermoso y descarnado poema.
ResponderEliminarPrecioso y desconocido para nosotros.
Un Abrazo.
Sí, tan loca es la carrera. Vivir centrada en las exigencias de otros.
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