jueves, 12 de junio de 2008

VI - Juan Ramón Jiménez - España

Juan Ramón Jiménez
No hay sol; el cielo de invierno
es de bruma y nubes blancas;
sólo hay un raso celeste
sobre las araucarias.

La avenida abre su sueño
llena de mujeres pálidas ...
los vientos están jugando
con las sedas perfumadas.

Hay caricias como rosas
en la lívida mañana;
la carne en flor da el perfume
que han perdido las acacias.

Es un pecado discreto,
es una carne cristiana
que va a misa, con un lirio
entre rosas deshojadas;

carne que nunca podrá
sobre la dulce frescura
de las espaldas románticas ...

en la mañana galante
rezan a Dios las campanas;
desde dentro están llamando
los corazones en gracia.

¡Fondos de oro, con albores
floreados, con fragancia
de purezas sin latido,
con dulzura de gargantas!

Pero el cielo gris ha puesto
muy rosas todas las almas
y tiende rasos celestes
sobre las araucarias...


Me recuerdan (gracias Jose) el cincuenta aniversario de la muerte del poeta de Moguer. Las diversas instituciones culturales parece que no han dado al evento mayor importancia, pero Juan Ramón Jiménez figura por derecho propio en la nómina de la mejor poesía universal. Prescindamos de cualquier otra consideración.

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