lunes, 17 de diciembre de 2007

Transeúntes - Franz Kafka - Checoslovaquia

Franz Kafka - Álvaro Delgado
Cuando uno sale a caminar de noche por una calle y un hombre, visible desde muy lejos -porque la calle es empinada y hay luz llena-, corre hacia nosotros, no lo apresamos, ni siquiera si es débil y andrajoso, ni siquiera si alguien corre detrás de él gritando; lo dejamos pasar.

Porque es de noche y no es culpa nuestra que la calle sea empinada y la luna llena; además, tal vez esos dos organizaron una cacería para entretenerse, tal vez huyen de un tercero, tal vez el primero es perseguido a pesar de su inocencia, tal vez el segundo quiere matarlo, y no queremos ser cómplices del crimen; tal vez ninguno de los dos sabe nada del otro y se dirigen corriendo, cada uno por su cuenta, hacia la cama; tal vez son noctámbulos, tal vez el primero porta armas.

Y, finalmente, de todos modos, ¿no podemos acaso estar cansados, no hemos bebido tanto vino? Nos alegramos de haber perdido de vista también al segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario