hay traviesas partículas capaces
de atravesar una barrera sólida,
¡la fuerza se disgrega como el agua!
Los científicos clásicos lo niegan.
Los presentes predican lo increíble
y lo bautizan el Efecto Túnel.
El impulso del alma
no quiere respetar al señor Newton,
se postula invadiendo las fronteras.
Artesana, en el tránsito
urgente de tocarte
apoyaré este peso luminoso
y moveré mi asombro al otro lado
de la barrera tensa de tu piel,
en el punto pensante
que alumbra tras la boca de los túneles.
Poesía cuántica sería, no? Inasible por momentos comprensible pero al rato intraducible con las mismas palabras que lo hicieron comprensible. El impulso del alma, como el agua, fluye imposible de detener.
ResponderEliminarNi más, ni menos. Y da lo mismo conocer o no las teorías físicas de las que nos habla Neuman, sabemos de qué está hablando, aunque si las conoces lo disfrutas más.
ResponderEliminarEl impulso del alma no respeta a nadie, está científicamente comprobado:)
ResponderEliminarNo sé si científicamente, pero se comprueba a cada paso.
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