lunes, 20 de abril de 2015

Camden, 1892 - Jorge Luis Borges - Argentina


El olor del café y de los periódicos.
El domingo y su tedio. La mañana
y en la entrevista página esa vana
publicación de versos alegóricos

de un colega feliz. El hombre viejo
está postrado y blanco en su decente
habitación de pobre. Ociosamente
mira su cara en el cansado espejo.

Piensa, ya sin asombro, que esa cara
es él. La distraída mano toca
la turbia barba y la saqueada boca.

No está lejos el fin. Su voz declara:
casi no soy, pero mis versos ritman
la vida y su esplendor. Yo fui Walt Whitman.

5 comentarios:

  1. Genio retrata a genio. Qué vamos a descubrir. Jorge escribe lo que le dicta Walt. Walt percibe al poeta que lo piensa.

    ResponderEliminar
  2. La foto que elegiste tan bien parece retratar o describir eso.

    ResponderEliminar
  3. Sí, eso me pareció.

    A estas alturas ¿qué podemos decir de ambos?

    ResponderEliminar
  4. Esa forma de Borges de construir los versos...
    Cualquiera diría:
    "Ociosamente mira su cara cansada en el espejo"
    Borges dice:
    "Ociosamente mira su cara en el cansado espejo"
    ¿A que no es lo mismo?

    ResponderEliminar
  5. Genial, claro. Whitman es el espejo en el que se mira Borges, por lo cual aparecen como difusos los roles: el que escribe es Borges pero mirándose en ese cansado espejo que es Whitman... Eso logra Borges: escribir lo que refleja o le dicta Whitman. Es difícil expresarlo.

    ResponderEliminar