domingo, 4 de septiembre de 2011

Fragmentos de Cartas a Lucilio - Séneca - Hispania-Roma

La muerte de Séneca - Luca Giordano
Ninguno de nosotros es en la vejez el mismo que fue de joven; ninguno de nosotros es al día siguiente el mismo que el día anterior. Nuestros cuerpos son llevados al modo de los ríos. Cuanto ves corre con el tiempo, nada de lo que vemos permanece; yo mismo, mientras digo que las cosas cambian, he cambiado. Es lo que dice Heráclito: "Nos metemos dos veces en el mismo río y no nos metemos dos veces en él". Porque el nombre del río sigue siendo el mismo, pero el agua ya ha pasado.
Esto es más evidente en el río que en el hombre, pero no es menos veloz la corriente que nos lleva a nosotros. Precisamente por esto me sorprende nuestra locura, eso de querer tanto el cuerpo, una cosa tan y tan pasajera, y eso de temer que alguna vez nos moriremos, cuando cada momento es la muerte de la anterior condición. ¡Haz el favor de dejar de temer que te ocurra de una vez por todas lo que te ocurre cada día!
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Actuemos de forma que todo el tiempo sea nuestro; y no lo será si antes no empezamos nosotros mismos a ser nuestros.
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Nadie es tan ignorante como para no saber que algún día tiene que morir. Sin embargo, cuando está cerca de ese momento, se revuelve, tiembla y llora. Alguien que llorase por no haber vivido mil años atrás, ¿no te parecería el más estúpido de todos? Es igual de estúpido quien llora porque no vivirá dentro de mil años. No existías y no existirás: ambas cosas son iguales. Ninguno de esos dos tiempos te pertenece.
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Te equivocas, Lucilio, si crees que son un vicio de nuestros tiempos la ostentación y el abandono de las buenas costumbres y todo lo que cada cual reprocha a su época. Son cosas de los hombres, no de las épocas: no ha habido período alguno libre de culpa.
Versión de Jordi Cornudella

2 comentarios:

  1. Por eso al sabio del pueblo le llamaban.......Sénca.

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  2. Es que además era cordobés, cazi ná incluso entonces.

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