por qué tiene usted miedo cuando caen las hojas
en el bosquecillo o en la alameda.
Y podría decirle
por qué se rió Hölderlin
cuando le sacudían ciruelas en la cabeza.
Pero antes de que se vuelva usted en pos del sonido
y antes de que se vuelva usted en pos del color,
será otra cosa y vendrá de otra parte...
Versión de Clara Janés
Joer con el amigo Carini
ResponderEliminarYa me diréis como coño poneis la pluma, la mt y demás en el anagrama
ResponderEliminarEso, como te puedes imaginar, es descubrimiento de Jose, pero te lo contaré por correo electrónico.
ResponderEliminarJo, lo que has tardado en preguntarlo!
ResponderEliminarA mí también me gustaría saberlo. Queda muy bien.
ResponderEliminarEsto me suena a que voy a tener que hacer un pequeño tutorial en el blog 'nonius'.
ResponderEliminar;-)
No estaría de más,Jose
ResponderEliminarYo lo agradecería.
ResponderEliminar:)
Es un poema casi macabro, Juan.
ResponderEliminar¿Qué te dice a ti?
¿De qué te habla?
ResponderEliminar¿De la muerte? ¿De algo que da mucho miedo y que será pronto y no se sabe dónde?
¿Y la ilustración?
¿Fuiste tú quien dijiste que un poema nunca es solo un poema?
Me asusta.
Quizá habría que preguntarle a Holan, pero ya no llegamos a tiempo.
ResponderEliminarNo tengo claro que callar sea siempre una virtud, Juan.
ResponderEliminar"Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente". GROUCHO MARX
ResponderEliminarPara quien viva y se fíe de las apariencias, quizá.
ResponderEliminarAparentando se aprende poco y se vive menos.
Anderea
Ja, ja, ja... ¡Mira que eres!